En diferentes ocasiones he escuchado dentro de mi consulta que distintos pacientes mencionan que tiene vidas muy ocupadas, que no pueden tener un tiempo para descansar porque inmediatamente ya les salió un pendiente. Explorando un poco más a profundidad, la realidad es otra. Si bien, tienen vidas muy complejas y algo saturadas, con un poco de organización podrían darse el tiempo para poder descansar de sus múltiples ocupaciones.
Ya avanzadas sus sesiones, cuando comienzan a darse esos espacios de tranquilidad, brotar en ellos una necesidad de estar ocupados, como si no pudieran estar quietos por un momento. Cada uno con una historia muy diferente, pero con una dificultad en común; no saben –o temen- estar consigo mismos. Ese tipo de dificultades suelen estar asociadas con ansiedad, la cual invariablemente es desplazada hacia los alimentos, ya sea comiendo en grandes cantidades en un determinado horario, o estar picando pequeñas porciones de alimentos y antojos a lo largo del día.
Por lo anterior, es muy común ver a personas con sobrepeso que padecen síntomas de ansiedad. ¿Pero de dónde emanará este temor a estar con nosotros mismos? El origen puede darse de manera diferente en cada persona, pero en su mayoría está asociado con un momento complicado de la vida en donde la emoción que se sintió fue tan fuerte que no supimos que hacer con ella: algún accidente, un abuso físico o sexual en la infancia o adolescencia, el divorcio de los padres, la pérdida de una pareja, etc. Por lo tanto, nuestra mente busca formas de alejar ese recuerdo de la consciencia (no pensar en ello) el mayor tiempo posible para que ese mal momento quede un poco en el olvido y no siga lastimándonos. Por supuesto, la moneda de cambio es estar ocupados la gran parte del día: trabajando horas extra en la oficina o incluso en casa, haciendo los quehaceres del hogar, estudiando diferentes cursos al mismo tiempo todo con tal de llegar exhaustos al momento de dormir y así poder descansar, porque claro, casi todos presentan dificultades para conciliar el sueño.
Eres lo más importante que tienes: ¡quiérete! te vas a necesitar.
Empieza el cambio aquí
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Lo paradójico del asunto es que curiosamente un mecanismo que usó mi mente para protegerme de no revivir un mal momento, ahora está afectando al cuerpo. Hay que tener en cuenta que nuestra mente y nuestro cuerpo gastan energía para poder trabajar, tanto para desplazarnos de un lugar a otro, como al estar concentrados en una actividad. Si uno no se hace espacios para poder recuperarse es muy probable que el cuerpo nos comience a pasar la factura; contracturas musculares, tics nerviosos, dificultades para dormir, incluso hasta desembocar en un ataque de ansiedad.
¿Qué se puede hacer para evitar lo anterior? En el mejor de los casos te recomendaría acudir a un tratamiento terapéutico para comenzar a hablar de lo que te preocupa, reconocer el problema te dará más herramientas para poder disminuir las consecuencias que tiene en tu día a día. Sin embargo, si por el momento no puedes acudir a una consulta psicológica podrías hacer lo siguiente:
➜ Programa un tiempo de descanso como una actividad más dentro de tu día, una media hora cuando mínimo.
➜ Si comienzas a sentir ansiedad a la hora de descansar, trata de concentrarte en tus sentidos; Lo que oyes, la textura del lugar en donde estas sentado, el aroma del espacio en el que te encuentras, los colores a tu alrededor. Eso ayudará a tranquilizarte un poco en ese momento.
➜ Trata de conectar con ese posible temor que comienza a emerger cuando estás sin hacer nada. Puede que en un principio no lo tengas claro, será cuestión de estar repitiendo el ejercicio poco a poco para que comiences identificar qué podría estar provocando tu ansiedad.
Ten en cuenta que los malos recuerdos los podemos echar en el patio trasero de nuestra mente y no saber de ellos en mucho tiempo, lo que no podemos enviar allá es la emoción que ese recuerdo provocó, eso se libara de alguna manera en nuestro día a día, como lo serían los síntomas de ansiedad. Por lo tanto, te invito a que busques un tratamiento en donde estés acompañado por un profesional de la salud que te acompañe en ir descubriendo cómo procesó tu mente esos malos momentos para que no sigan repercutiendo en tu vida; en tu mente y en tu cuerpo.
Especialista
Omar Segura
Psicólogo
Psicólogo y psicoterapeuta interesado en sacar lo mejor de las malas experiencias, para de ahí tomar la fuerza que le permita al paciente construir una mejor versión de sí mismo. Mantiene una empatía constante.