Quizás en algunas ocasiones has escuchado los beneficios de consumir probióticos en tu dieta, pues en múltiples estudios se ha demostrado su eficacia para la salud gastrointestinal. Pero al momento de intentar consumirlos se enfrenta un gran problema y confusión, pues existen muchas variedades de productos, desde pastillas, sobres, ampolleta y alimentos que prometen beneficiar la flora intestinal. Sin embargo, que un alimento contenga microorganismo no implica que sea un alimento probiótico, existen ciertas diferencias entre los alimentos producidos por fermentación, alimentos fermentados y los alimentos que contienen probióticos ¿quieres saber cuáles son?
● ¿Qué es un alimento producido por fermentación?: La fermentación es una de las técnicas antiguas más usadas para producir, conservar o transformar alimentos y bebidas. Es decir, los alimentos fermentados son aquellos que han sido transformados con microorganismos de forma natural o añadida, para esto se usan diferentes bacterias u hongos, los cuales aportan a estos alimentos un sabor, textura y propiedades diferentes.
Algo muy importante que debes considerar es que por los diferentes procesos a los que se someten los alimentos, los microorganismos con lo que se elaboraron, ya no están presentes en el alimento, es decir estos llegan a “morir”. Por lo cual, no tiene los efectos deseados en nuestra salud intestinal.
Ejemplos:
► Pan
► Salsa de soya
► Cerveza
► Queso
► Vino
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● ¿Qué es un alimento probiótico?: A estos también se le añaden microorganismos para que fermenten, transformen y actúen en el alimento, a diferencia de los anteriores, al momento de consumirlos siguen “vivos” y en cantidades adecuadas/suficientes para intervenir de forma positiva en la microbiota intestinal.
Estas deben ser cepas de bacterias o levaduras, que ya han sido probadas su efectividad en la salud gastrointestinal. Los principales microorganismos que se utilizan como probióticos son los Lactobacillus y Bifidubacterium, estás cepas tienen distintos beneficios para el huésped, pero en las cantidades adecuadas.
Por otro lado, existen alimentos que también contienen microrganismos vivos, pero no se encuentran en cantidades suficientes para asegurar que se podrá obtener un beneficio a la salud, estos son los “alimentos fermentados”. Hoy en día han logrado ser muy comercializados debido a la publicidad que tienen en los medios, pues los presentan como “alimentos probióticos”, sin embargo, las cantidades que contienen no son las adecuadas ni han sido probadas para avalar su efectividad.
Ejemplos:
► Yogurt
► Kombucha
► Kéfir (búlgaros)
► Tempeh
► Chucrut
► Kimchi
Es importante considerar que estos alimentos sí pueden traer un beneficio potencial a la salud, sin embargo, no serán los efectos evaluados y probados que se obtiene al consumir probióticos. Lo cual representa un gran problema con la industria alimenticia del país, pues no hay una regulación adecuada provocando que de manera fácil se “engañe” a los consumidores sobre los productos que consumen, el mantener los microorganismos vivos y en cantidades adecuadas toda la vida útil del producto y decir con certeza que los alimentos fermentados son probióticos es un gran desafío.
Así que ¿cómo podemos reconocer un buen producto con probióticos a uno alimento fermentado? La respuesta es la cantidad de microorganismos que contiene, con un mínimo recomendado de 10,000 millones de UFC, ya que muchas de ellas se van perdiendo en el proceso digestivo.
Especialista
Sara Robles
Nutrióloga
Apasionada por apoyar a sus pacientes. Busca brindar herramientas útiles sobre nutrición, siendo empática, para que generar un cambio positivo en su estilo de vida. Cree firmemente que una buena alimentación desde temprana edad, es fundamental en la prevención de enfermedades en la edad adulta.