Un vistazo psicoanalítico de los comedores compulsivos
7 marzo, 2025 por
L.P. Paulina Fernández

La necesidad de anestesiarse
Hay un impulso acelerador en nuestro tiempo que acarrea angustias en todos nosotros, pues nos obliga a representar nuevos papeles. Se afirma que la situación actual representa un momento crucial en la historia humana, sólo comparable, en magnitud, a la primera gran interrupción de la continuidad histórica: el paso de la barbarie a la civilización9. De aquí se deriva el uso de la comida como tranquilizante.

La persona que come compulsivamente utiliza los alimentos como un sedante. La comida es un pacificador, así como algunos lo hacen con el alcohol, las drogas o los tranquilizantes. Los comedores compulsivos tienen una predisposición a reaccionar a la comida para satisfacer el arcaico anhelo oral, que es al mismo tiempo, anhelo sexual. Esa necesidad de seguridad y de conservar la autoestima. El origen de la adicción se ubica en la estructura psicológica del paciente.

La estructura de la adicción a la comida es, en realidad, igual a la de las perversiones. Es decir, representa una condensación de pulsiones erógenas y reaseguramientos contra temores que se les oponen. Estas personas recurren a la sedación porque no toleran la tensión, la frustración, el dolor, las situaciones de espera. Después del atracón, la frustración se hace aún más intolerable dando lugar a un uso más intenso de la comida. Gradualmente va desapareciendo todo interés por la realidad a excepción de lo que se relacione con el hecho de procurarse comida, como cuando el bebé pide gratificación sin ninguna capacidad de dar ni de consideración alguna hacia la realidad.


El pánico a sentir
En la mujer puede darse una lucha contra la sexualidad, la cual se ha convertido por efecto de una represión previa, en ávida e insaciable, y cuando llegan los periodos de depresión estas pacientes se atiborran de comida y se sienten hinchadas.

La evasión de las emociones
A veces el individuo empieza a ser obeso durante la adolescencia porque este periodo es especialmente vulnerable a las presiones psíquicas, los cambios hormonales y el proceso a ejercer una sexualidad completa favorece el refugio en los alimentos

Muchas mujeres desarrollan sobrepeso durante la gestación, por la angustia que causa la deformación de sus cuerpos y las fantasías hacia el bebé que están gestando.

En cuanto a la sexualidad se ha observado en diversos estudios que las personas comen con el fin expreso de engordar y así no provocar en otros ninguna atracción ni deseo sexual, por otro lado verdaderamente desaparecen en ellos tales deseos sexuales.

El odio concentrado a sí mismo
El gordo por lo regular tiende a aislarse y camina en círculos, solo, sintiéndose miserable y cargando grandes paquetes de desesperación. El comedor se siente encerrado en la prisión de la obsesión, deseando la libertad busca más y más comida. Así se dan el cariño que les hace falta. Los comedores han pasado tanto tiempo desesperados, que los sentimientos de estimación propia y bienestar ya les resultan extraños.

El comer en exceso y una pobre imagen de sí mismos van juntos. La antipatía hacia uno mismo se genera a rechazar el esquema y la imagen corporal que uno observa en el espejo. ¿Cómo aceptarse cuando diariamente se está odiando esta imagen de uno mismo? En casos bastante graves, la comida termina por ser el único vínculo de interés que conecta a la persona con la realidad. En todos los casos, la adicción a la comida representa un intento infructuoso de dominar la culpa, la depresión o la angustia mediante la actividad incorporativa.

Para ello un Terapeuta de Apoyo puede acompañarte en poder encontrar, reconocer y trabajar en los puntos antes expuestos para realizar cambios que sean sólidos en un futuro.

L.P. Paulina Fernández 7 marzo, 2025
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