Un maestro llamado pasado
22 de mayo de 2018
8 octubre, 2018 por
Un maestro llamado pasado
Eduardo Azamar
 ¿Cuántas veces hemos comenzado algo que pareciera difícil y muchas veces imposible de lograr?, ¿cuántas veces sentimos que la motivación no alcanza o que en ocasiones dicha motivación se ve superada por mil y un cosas más que tenemos en la mente?, ¿cuántas veces hemos logrado conseguir las metas que nos planteemos, superando cada pequeño objetivo trazado en la ruta del éxito?

Empezar de cero nunca es fácil y realmente lo considero imposible, la vida no es un simple pizarrón al cual con pasarle un borrador podríamos desaparecer de tajo todo lo que en él se escribió, nuestra vida, nuestra psique y nuestro cuerpo son un poco más complejos, borrar las historias que nos han puesto donde estamos hoy en día es imposible.

Dichas historias, siendo justos, no son simples historias, recuerdos ni banas añoranzas, la importancia de cada recuerdo de nuestra vida radica en la manera que tenemos de elaborarlo y reelaborarlo, no todo lo que vuelve a nuestra mente como una construcción del pasado tiene que ser 100% cierto, sin embargo, el discurso que emana del recuerdo, es hasta que queramos el guion que dirige nuestra vida.

Recordar es un ejercicio imposible de evitar, ejercicio que muchas veces nos atormenta y otras tantas nos llena de felicidad, recordar a menudo es revivir en el presente un pasado tan lejano que, y para ser concretos nos deja una enseñanza, la idea de des-andar el camino no es borrar las huellas en el mismo cómo podríamos hacerlo con nuestras pisadas en las arenas del mar, des-andar  es reconocer que en varios momentos de nuestra vida la hemos pasado tanto bien como mal y a partir del reconocimiento de nuestros actos y de la implicación de nuestro ser en estos, poder tomar si no mejores decisiones si poder tomar una decisión.

Pensemos la vida, la psique y el cuerpo como una estructura en eterna construcción, que no solo depende de nosotros ni del presente, la influencia de los otros, de los recuerdos y del pasado siempre apuntando al porvenir marcan el ritmo de lo que deseamos y de lo que queremos alcanzar, una meta, un logro, un peso ideal, una vida diferente, son el resultado de poner en acto las enseñanzas del pasado reinterpretadas en el presente.

Un nuevo hábito no significa aniquilar el anterior, si no reconocer que tal vez y solo tal vez dicho habito no es 100% nuestro, la mayor parte de las veces y sin miedo a equivocarme, somos, comemos y hacemos  a partir de quien desde nuestra infancia nos construyó, un nuevo habito es la mayor de las veces un cambio de posición, un grito liberador, un comenzar a serlo que tal vez siempre hemos querido ser, es tomar y ser responsables de nuestra vida y de nuestros actos.

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Un maestro llamado pasado
Eduardo Azamar 8 octubre, 2018
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