A la imagen mental que tenemos de nuestro cuerpo se le llama imagen corporal y está compuesta por una imagen perceptual, es decir, es la manera en que sentimos y auto-percibimos nuestro cuerpo. Esto incluye el tamaño, forma y volumen de cada una de sus partes y en conjunto. También hay una imagen cognitiva, que incluye todos los pensamientos, creencias y diálogos internos respecto al propio cuerpo. Por último, hay una imagen emocional, que engloba sentimientos y emociones sobre el grado de satisfacción o insatisfacción tanto del cuerpo como de las experiencias y vivencias que proporciona este mismo. 

Esta imagen corporal es diferente en cada uno de nosotros, habla de la singularidad del cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo y del cómo vivimos a través de él. Algo que es importante subrayar es que es una experiencia subjetiva, es decir, que enteramente tiene que ver con la manera en cómo siente y piensa una persona, y no tanto con las “propiedades verdaderas” del cuerpo. Es aquí donde se abre el tema de la satisfacción o insatisfacción corporal.   

Cuando hay un sentimiento de insatisfacción se habla de una experiencia interna de la persona y  surge a partir de contrastar o comparar una realidad idealizada (“Yo debería de…”, “mi cuerpo tendría que…”. “estaría mejor si…”) contra una realidad donde no se cumplen ciertas expectativas. La distancia entre ese ideal y la realidad percibida puede llegar a despertar una gama amplia de emociones: enojo, rabia, tristeza, aversión o sentimientos de seguridad, orgullo, valía y satisfacción.

Estos pensamiento/emociones a la vez derivan en la forma que actuamos y nos desenvolvemos en la vida. Ejemplo de ello son escenas en la vida cotidiana, como aquella chica que decide rechazar una invitación a la playa por la inseguridad de sentirse expuesta ante la mirada “inquisidora” de las personas. O por otro lado, el tener conductas de body-checking (comprobar en exceso el aspecto, tamaño, forma del cuerpo delante del espejo, verificar peso diario, pellizcar la piel, etc ), trayendo como consecuencia el vestir cierto tipo de ropa para buscar disimular zonas que producen malestar, yendo incluso en contra de su comodidad, sus gustos y preferencias. El identificar cómo te sientes con tu corporalidad será un indicador importante de tu actual imagen corporal.

¿Qué factores contribuyen en el desarrollo de una insatisfacción corporal? A continuación se enlista algunos factores:

▲ Estereotipos de belleza: Dependen de la cultura y momento histórico. 

▲ Ambiente familiar: Es el grupo familiar donde se desarrolla el autoconcepto y se va creando la idea que se tiene de uno mismo. Aquí se juegan las primeras, creencias, opiniones y expectativas hacia uno.

▲ Grupo de amigos: Los amigos son uno de los principales referentes e influirán los mensajes que recibamos por parte de ellos, ya sean halagos o insultos, reforzando ideas de aceptación o rechazo por temas de apariencia.

▲ Saturación de contenidos por medios de comunicación y redes sociales: Podemos llegar a consumir publicidad que refuerza conceptos idealizados de belleza, nos indican qué y cómo vestir, fomentan una batalla contra el envejecimiento y las tallas grandes.

Si identificas sentir algún grado de insatisfacción con tu cuerpo, notas que te comparas constantemente, tienes un dialogo interno que es hostil o devaluador, y sobretodo, esto te impide sentirte y desarrollarte plenamente en las diferentes esferas de tu vida, te invitamos a que te acerques a un especialista en el área de salud mental, podrás conocerte más a profundidad y podrás trabajar en desarrollar una imagen corporal más sana.