¿Por qué los pacientes se resisten a su tratamiento?
7 junio, 2024 por
L.P. Eduardo Hernández
Acudir a un tratamiento de cualquier índole (médico, psicológico, nutricional, fisioterapéutico, etc.) puede representar una decisión difícil de tomar y una acción complicada de sostener para cualquier paciente. Por una parte, hay una serie de condiciones que están causando malestar. Síntomas que afectan el funcionamiento en la vida cotidiana y padecimientos que se quiere quitar. Por otro lado, hay situaciones que dificultan atender el problema y/o comportamientos que se tienen que realizar pero que no se desean dejar, y sobre todo motivaciones que se mantienen ocultas de manera inconsciente constituyendo grandes obstáculos (resistencias) para la atención, el seguimiento y el progreso del tratamiento y la mejora de la enfermedad. 

Las resistencias son todo aquello que se oponga al progreso y a la mejoría de la condición del paciente. Actúan como obstáculo y limitación al entendimiento de la enfermedad, a los cambios que pueden surgir en la búsqueda de la cura y por supuesto, funcionan como estorbos y frenos en el camino que se debe de recorrer para lograr el bienestar.

Pero, ¿por qué a pesar del sufrimiento que implica una enfermedad, síndrome, trastorno o cualquier condición que merme, dañe, lastime o impida vivir de manera plena la existencia, te puedes resistir a tu tratamiento? La respuesta es compleja y singular para cada caso, sin embargo, fundamentalmente es posible pensar que identificar, reconocer y aceptar lo que tenemos en nuestra mente.  Eso nos lleva a tener que asumir posturas y realidades difíciles de tolerar, así como responsabilidades en relación a nuestra vida, pensamientos, afectos, actitudes y comportamientos de los que muchas veces no estamos dispuestos a hacernos cargo.

¿Y qué tipo de resistencias podemos encontrar en el tratamiento en VIME? Primeramente, la que la mayoría de los sujetos experimenta al saberse con determinada condición que le causa sufrimiento, pero de la que no quiere saberse nada. Lo anterior desemboca a la indisposición o falta de voluntad para acudir con un especialista, atender el malestar y comenzar a tomar acciones para cambiar su vida, siendo esta resistencia la más difícil de abordar pues básicamente es la que se tiene cuando no se asiste a una atención oportuna, la que corresponde a cuando se es impuntual en las consultas o en el peor de los escenarios, cuando no se asiste a las consultas. 

Otro tipo de resistencias son las que encontramos a lo largo y dentro del proceso como oposición para la consecución de diversos objetivos (perder peso, realizar ejercicio, cambiar hábitos, organizar tiempos y horarios, conocerse a sí mismo, mejorar la relación con la comida, etc.). Las resistencias se manifiestan de numerosas maneras: no asistir a tus consultas o llegar tarde, no hablar con sinceridad sobre la manera en que llevaste tu plan semanal, no querer tomar la consulta de un especialista, no querer pensar y dialogar sobre tus responsabilidades en tu tratamiento e incluso, adjudicar tu falta de apego y éxito en el tratamiento a factores externos, entre otros. 

Por lo tanto, la invitación está puesta en entender que las resistencias son un fenómeno normal y humano, que todos vivimos y podemos llegar a presentar en nuestras vidas cuando queremos comprender y ahondar en algo que nos causa sufrimiento. Son imprescindibles pensarlas y analizarlas cuando se presentan en el tratamiento y se relacionan con las singularidades de cada paciente. Así como también que es esencial responsabilizarse de ellas y trabajarlas en un espacio terapéutico, con el objetivo de reconocer y manejar aquello que te impide mejorar tu salud y vivir mejor. 

L.P. Eduardo Hernández 7 junio, 2024
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