Hola, comunidad.
Hoy quiero iniciar con los siguientes cuestionamientos: "¿Si podré hacerlo?", "¿Y si nunca tengo disciplina?", "¿Lograré ser constante?", "¿Tendré la fortaleza que se requiere?".
¿Por qué dudaremos tanto de nosotros mismos
y de nuestro comportamiento?
y de nuestro comportamiento?
Si nos ponemos a pensar, el término “duda” procede del latín dubitāre, que significa "vacilar entre dos cosas". Por lo tanto, la persona carece de certeza y la invade un sentimiento de incertidumbre en su pensamiento y en su propio actuar.
Podríamos pensar que la duda tiene sus ventajas ya que al ser parte de una cuestión instintiva, nos prepara para anticiparnos a ciertos peligros e inclusive a ciertas sensaciones y afectos displacenteros. Sin embargo, también la duda presenta su lado restrictivo. Esto podría volverla dañina para el individuo debido a que se empieza a acentuar de manera constante, terminando por limitar las acciones y conductas del día a día. Siendo así un gran obstáculo complejo de atravesar.
Despojarnos de nuestra zona de seguridad y tranquilidad hace que entremos en un momento crítico de asumir la responsabilidad acerca de nuestras decisiones y tener iniciativa. Una persona que compulsivamente posee la duda que obstruye y que termina siendo destructiva para su propio bienestar, generalmente originó dichas conductas desde etapas muy tempranas de su desarrollo, donde pudo ser reprimida, subestimada o interrumpida.
No podemos dejar de lado que este rasgo dubitativo característico en cierto tipo de personalidades que presentan obesidad, puede resultar un padecimiento tortuoso pues al rumiar cada idea, el individuo se desgasta al individuo hasta llegar al punto de la autopunición, persecución y culpabilidad.
Dudamos porque existe en nosotros cierto pensamiento o idea que termina siendo una defensa psíquica que dificulta la tramitación de un pensamiento, puesto que obligan a la persona a hacer como si el pensamiento no tuviera ningún origen. Esto genera más angustia porque lo reprimido siempre busca la manera de retornar de una u otra manera. Entre más tratemos de alejarlo de nosotros mismos, termina regresando con mayor fuerza, como si fuera un bumerang. Por lo tanto, los invito a aprovechar el espacio de Terapia de Apoyo con su psicoterapeuta y así poder darle el seguimiento pertinente al origen de dichos pensamientos tortuosos, encontrando la causa logrando desligarlo del miedo y a la angustia que produce.
He escuchado a muchos pacientes que piensan y creen fervientemente en que no podrán llegar a su meta de peso saludable. Como diríamos: “el miedo es canijo”. Pero hay que aprender que los desafíos son puertas que aperturan a encontrar nuevos desafíos para descolocarnos de nuestra zona de seguridad para adoptar nuevos esquemas de pensamiento y de nuestras acciones, para llegar a ser una mejor versión de nosotros mismos. No pierdas la oportunidad de encontrarte en esta nueva versión de ti mismo.
Especialista
Mariana Álvarez
Psicóloga
Psicoterapeuta psicoanalista, considera la gran importancia de tomar consciencia de las acciones que expresamos en nuestro actuar humano, promoviendo el desarrollo de hábitos saludables y la autoregulación de las emociones, para que así, cada paciente logre alcanzar un bienestar físico y emocional.