Cuando se habla de las emociones y a la vez de la ingesta de alimentos, a veces podría resultar complicado encontrar la conexión que puede haber, no obstante, también de forma social se pueden ocupar o emplear ciertos términos que podrían resultar erróneos o incluso descuidados como “eres lo que comes” o “nos comemos nuestras emociones”. Por ello, no siempre se llega a comprender como es que estas operan, pero en este blog explicaremos un poco acerca de eso.

La alimentación es la principal forma de vinculo que se da con el otro, de este modo, la oralidad sería el encuentro primario de madre e hijo, donde pasa a un plano de necesidad, constituyendo también una experiencia de satisfacción. Es un modo de integración social, tiene orden, puede ser un ritual, y también un modo de encuentro o comunicación con otro. Tiene vinculo materno, pasa del goce a ser un acto simbolizado.

A veces en la forma de comer se pueden descubrir “respuestas” a malestares que pueden ser difíciles de manejar. El ser humano desde que es pequeño va asociando algunas experiencias con los eventos que pueda presentar, de ahí que el placer de comer se vincule con la mente y algunas ideas como la contención o encontrar calma. Puestas en otro extremo sería el rechazo, la tristeza o sentir ansiedad. Comer no siempre tiene que ver con cubrir un aspecto nutricional, sino también una cuestión de eventos sociales y poder integrarlo no tendría que resultar un problema.

Algunos ejemplos podrían ser:

➜  Cuando nos sentimos mal y el primer impulso es comer

➜  Evitar situaciones o pensar que el aislamiento es la salida

➜ La comida ocupa el papel principal en la vida, pensar en lo que se va a comer en próximas horas o en otros días


¿Qué hacer?

➜ Identifica y nombrar tus emociones:  

➜  Buscar alternativas para canalizarlas

➜  Evitar asociar emociones con el lenguaje

Dentro de tu proceso y espacio terapéutico en VIME también lo podrás ir trabajando e identificando.