Hola, mis queridos lectores. 

Hoy quisiera compartir con ustedes el tema de la psicología del deporte, ya que en ocasiones podemos escuchar que cualquier práctica deportiva promueve varias habilidades en nosotros mismos como la socialización, la aparición de otro tipo de normas que regulan el accionar de cada individuo al seguir las reglas de dicha actividad, la autorregulación emocional, el manejo de la agresión, el descargar el estrés de manera saludable y asertiva, entre otros. 

Si revisamos el origen del vocablo del deporte proviene del latín deportare, que significa trasladar o inclusive liberar la mente. También se le designa como deport, que significa estar en puerto, haciendo referencia a la recreación de los marineros cuando llegaban a puerto para tener su propio descanso. Es curioso dicho significado, ya que en la mayoría de los casos pensamos en el deporte como un deber ser, sin embargo, da paso a romper los esquemas sobre el ejercicio debido a que parte de su significado es el cómo le doy paso a mi propio descanso.

Muchos pacientes me comentan que no les gusta hacer ningún ejercicio, ni alguna actividad física determinada, ya que no encuentran algún deporte que les llegue a apasionar. Psicológicamente el deporte se constituye desde la infancia, instaurándose como “juego”, donde inicialmente tiene que ver con el disfrute que se da en el niño al vivenciar las sensaciones a través de su cuerpo que su cuidador promueve en él, después nota que él mismo puede movilizar su cuerpo, con el gateo, la caminata, el correr, etc. 

Cuando el infante da cuenta y toma consciencia sobre la autonomía que posee sobre su cuerpo se genera gran gratificación reconocerse como dueño de su corporalidad y de su propio disfrute al movilizarse en todos los sentidos.  En el deporte se experimenta una liberación de energías agresivas-destructivas hacia el exterior y de forma sublimada, es decir, siendo una puesta en escena de nuestra agresión de manera dirigida, saludable, asertiva y creativa. 

Desde el psicoanálisis y la psicología, se propone pensar que los movimientos de la persona que realiza alguna actividad física, conforman significativamente un discurso simbólico, donde a través del cuerpo la persona puede expresar parte de su psiquismo= mente y estructura de personalidad. Asimismo, se conforma una acción del cuerpo observable como un discurso. Como ya lo mencioné, el deporte termina siendo un juego, por eso es tan importante recordar cómo llevábamos la dinámica del juego al igual de identificar por qué y para qué lo ejecutábamos. 

Por lo tanto, así como en el juego expresamos fantasías, miedos, angustias e inclusive nos ayuda a elaborar situaciones traumáticas a lo largo de nuestra vida, pasará lo mismo con el deporte o algún tipo de ejercicio en particular promoviendo en el individuo su disfrute y bienestar. Así que más allá de pensar el ejercicio como un deber ser, es importante empezar a identificar: ¿qué disfrutamos del ejercicio?, ¿en qué nos proporciona bienestar? Ya que esto nos ayudará a descansar verdaderamente y llevar a nuestro cuerpo a reparar lo vivido durante cada día de nuestra vida.