De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad está presente en países de todos los continentes y representa un grave problema de salud en la mayoría de ellos. Con base en lo anterior es válido decir que el problema de la obesidad es un problema epidémico que alcanza el rango de pandemia.
Hoy en día todos estamos familiarizados con el término a raíz de lo sucedido con la enfermedad por coronavirus (COVID-19), pues nos obligó a cambiar nuestro estilo de vida, nuestras interacciones, nuestros hábitos, nuestra forma de interacción, incluso, nuestras concepciones acerca del autocuidado y el cuidado solidario para aquellos que nos rodean.
Es curioso que, frente a una enfermedad como la provocada por el coronavirus (COVID-19), el mundo se tuvo que poner en acción de forma global para enfrentar esa emergencia sanitaria mientras que, para enfrentar el problema sanitario que representa la obesidad, no exista aún una acción global tan determinante que incida en un cambio de consciencia que nos permita poner el foco en tomar acciones, desde lo individual como hasta lo colectivo.
Quizá la respuesta más inmediata sea que la diferencia radica en que una es contagiosa y la otra no. Pero justo acá cabría preguntarnos; ¿qué entendemos por contagioso? Pensemos en algunos factores que tienen injerencia desde el ámbito social. Crecer en el seno de una familia que promueve hábitos alimenticios poco saludables implica apropiarse de esos hábitos. A su vez la familia ha desarrollado estos hábitos a partir de una interacción social con otras familias, generando modelos parecidos de conductas, para el caso, modelos parecidos de malos hábitos alimentarios. A su vez la sociedad está imbuida en un contexto cultural, que puede o no favorecer, reforzar estas conductas. ¿No es esto toda una red de interacciones y aprendizajes que posibilitan contagios, de ideas, de tradiciones, de formas de interacción, en última instancia de hábitos? ¿No es contagioso el contexto, no son contagiosos los hábitos de la familia, no es contagiosa la cultura?
Estaríamos equivocados si entendiéramos que se trata de rechazar la cultura, la sociedad o la familia, por el contrario, se trata de poder inferir en cada una de estas esferas desde pequeños esfuerzos individuales y colectivos, generando una nueva cultura una nueva sociedad, nuevas familias y nuevos seres en los que confluya la identidad cultural y hábitos alimenticios más sanos.
El COVID 19 representa una amenaza para todos, pero principalmente para algunos grupos de personas más vulnerables debido a sus condiciones físicas, como la obesidad. Si enfrentamos la pandemia de la obesidad nos encontramos en mayor posibilidad de resistir a otras pandemias como esta del coronavirus, es preciso actuar ahora, en cada uno de nosotros, cambiando nuestros hábitos, desde nuestro esfuerzo individual y empezar a germinar un contagio de hábitos saludables.
Especialista
Juan Carlos Ángeles
Psicólogo
Psicólogo clínico especializado en Psicoterapia Psicoanalítica y Adicciones. Considera que la relación cuerpo-mente está en función de la historia de vida de cada uno, para conocer dicha relación es preciso el conocimiento de uno mismo y se puede lograr a partir de una terapia psicológica que permita descubrir y cambiar la forma de relacionarse con el cuerpo.