La obesidad y su relación con el abuso infantil
22 diciembre, 2021 por
L. P. Omar Segura
¿Qué es un abuso sexual infantil? La mayoría de las personas suele creer que el abuso yace meramente en la penetración de un adulto hacia un menor, cuando la realidad es más compleja e igualmente atroz. Podemos considerar un abuso sexual hacia un menor cuando: Hay penetración, tocamientos, charlas que vayan en un contexto sexual y la exposición a material pornográfico por parte de un adulto o alguien mayor a él (un adolescente).

El abuso sexual infantil es un acto que desgraciadamente es muy común en la sociedad mexicana. La organización Aldeas Infantiles SOS -quienes se dedican a apoyar y proteger a niños que están en riesgo de perder a sus familias por diversas circunstancias- mencionaron en sus estudios que, por cada mil casos de abuso sexual, tan sólo 100 son denunciados 10 llegan a juicio y uno llega a condena. Por lo tanto, las estadísticas están muy lejos de reflejar la verdad ya que muchas víctimas nunca revelan lo sucedido, ya sea por miedo o vergüenza. De tal manera que, al nunca hablar de lo sucedido comienzan a desarrollar síntomas derivados de ese acontecimiento. Los síntomas asociados a un abuso sexual son: depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación y la automutilación. 

Por lo anterior, la obesidad no es sólo un problema de mala alimentación que se podría solucionar con mejorar los hábitos. En muchas ocasiones la obesidad cumple diferentes funciones según la historia de vida de quien la padece. En el contexto de una persona que padeció algún abuso sexual en la infancia puede llegar cumplir la función de una barrera protectora que aleje a un futuro agresor para que no vuelva a trasgredir. 

Cabe destacar que en muchas de las ocasiones la persona que padeció el abuso no es consciente de la relación que existe entre la obesidad y la agresión que sufrió. Se concentran en hablar más de su compulsión a comer derivada de su ansiedad y autorreproches por no verse como quisiera más asociado a posibles rasgos depresivos. Pero no les pasa por la cabeza que su problema con el peso va más allá de no parar de comer. 

Los niños tienen la característica de sentir que todo lo que pasa a su alrededor tiene que ver con ellos, ya sea bueno o malo según su visión. Sucede lo mismo cuando se es víctima de abuso.  El niño podría creer que pudo haber hecho algo que provocara al agresor, causando en él dos afectos que lo podrían acompañar a lo largo de su vida: vergüenza y culpa. Al no ser consciente de toda la problemática que está sucediendo en su interior, tiende a comer de manera compulsiva, lo cual lo va haciendo aumentar de peso con la posibilidad de perder las características que podrían haberle gustado a su agresor. Por lo tanto, una de las primeras funciones de la obesidad en este contexto, sería la de no ser objeto de miradas y de deseo

Otra forma de cuidarse del agresor a través de la obesidad puede ser el tamaño que va tomando nuestro cuerpo. Cuando uno va subiendo de peso va tomando más volumen lo cual puede dar idea de fuerza. De tal manera que si alguien le quiere hacer algo tendrá la capacidad física para defenderse. Por lo tanto, cuando se comienza a bajar de peso puede generar la sensación de desprotección y por eso suelen fracasar los tratamientos de estas personas. Con una imagen de delgadez pueden sentirse más expuestos ante un posible ataque. Por supuesto, todos estos miedos aumentan cuando el cambio va siendo más notorio y se comienzan a posar las miradas sobre la persona.  

Por lo anterior, es de vital importancia que la persona que sufrió abuso sexual en la infancia y que padece obesidad en la adultez, pueda hablar de ambos padecimientos en el transcurso de su tratamiento ya que esto le permitirá tener mayores probabilidades de dejar de usar su peso como una forma de protección y así generar un cambio, no sólo de hábitos, sino de cómo se esté relacionando consigo mismo.

Especialista

Omar Segura

Psicólogo

Psicólogo y psicoterapeuta interesado en sacar lo mejor de las malas experiencias, para de ahí tomar la fuerza que le permita al paciente construir una mejor versión de sí mismo. Mantiene una empatía constante

L. P. Omar Segura 22 diciembre, 2021
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