Una fantasía común alrededor de la pérdida de peso es que al llegar a la meta, de manera automática, aumentará la autoestima y con ello la vida se tornara mucho más simple, alegre y positiva, sin embargo, un proceso de pérdida de peso saludable requiere de un monto de energía libidinal, la cual provee de autocuidado y gracias a tal fuerza es posible sostener el esfuerzo que requiere la incomodidad que trae consigo un tratamiento de pérdida de peso.

La autoestima es una herramienta cognitiva que tiene origen en la percepción que se tiene sobre uno mismo, la cual puede ser positiva o negativa. Dicho de otra manera, la autoestima es la capacidad de reconocer el valor de uno mismo, las propias habilidades, cualidades y encantos. Sin embargo, también aporta todas aquellas connotaciones negativas del individuo mostrándole sus carencias y defectos. Es por ello que la autoestima puede ser una herramienta o un obstáculo para sostener un tratamiento.


¿Cómo saber si mi autoestima me está saboteando?

Un síntoma de que nuestra autoestima está siendo un obstáculo, es la aparición de la duda y los pensamientos saboteadores. Ambos representan una constante barrera ante el cumplimiento de las metas individuales, en especial, cuando se trata de la pérdida de peso los individuos fácilmente se arropan entre sus dudas, resaltando sus carencias y defectos.

Es por ello que resulta importante buscar transformar la duda en certeza, la cual es posible trabajar día a día por medio de un ejercicio de visualización personal. Te comparto algunos pasos para iniciar la exploración del propio concepto y con ello poder fortalecer aquellas cualidades positivas de la personalidad, volviendo de la autoestima una herramienta:

PASO 1: 
  Haz del proceso una decisión personal

Ver la pérdida de peso desde la responsabilidad individual nos lleva a obtener fuerza de manera consciente del proceso, así mismo, nos aporta creatividad y fortaleza para hacer frente a los diferentes retos que implica el tratamiento.  

 
PASO 2: 
  Localiza y transforma los pensamientos saboteadores

Una vez que se ha logrado alcanzar la aceptación, el siguiente reto es aprender a localizar y  transformar aquellos pensamientos que puntualizan las propias carencias o incapacidades, cuestionando y repensando aquellas ideas saboteadoras que tenemos día con día.

Un ejemplo de ello puede ser transformar la idea de  “Siempre he sido así, jamás perderé peso” por “hoy estoy tomando decisiones y acciones que están cambiando mi cuerpo”, abriendo la posibilidad de cambio. Aunque puede leerse  como un paso simple, cuestionarnos aquellas ideas que tenemos sobre nosotros mismos, nos permite ir modificando la manera en la que nos miramos, obteniendo confianza y fuerza para poder realizar un cambio personal que comience desde el autoconcepto e impacte en las decisiones diarias de autocuidado.

 
PASO 3:  
  Conecta con tu esfuerzo diario y reconócelo

Un régimen de pérdida de peso implica un esfuerzo diario, el cual confirma aquellas ideas individuales, es decir, si anteriormente se tuvo un pensamiento saboteador, el cual fue posible transformar por un pensamiento positivo y de ahí tomar acciones apegadas al tratamiento, se logra tener una sensación de satisfacción individual, altamente gratificante, la cual es importante reconocer para comenzar a fortalecer la autoestima y que a su vez que esta se vuelva una herramienta en la pérdida de peso.

En caso de descubrir que se continúa actuando desde el autosabotaje, es importante realizar una pausa y volver al PASO UNO de este ejercicio de autorreflexión ya que el peligro que se corre de no trabajar el autoconcepto es dejarse vencer por el autosabotaje confirmando que la propia meta, es una meta inalcanzable.  

Ahora cuentas con una nueva herramienta para la pérdida de peso, el realizar este ejercicio, podrá permitirte modificar aquellas etiquetas que te han acompañado a lo largo de la propia historia, te invito a  cuestionarte: ¿Mi autoestima es una herramienta o un obstáculo?