Para poder desarrollar un autocuidado saludable no solo de nuestro cuerpo, sino también de nuestra mente es importante conocer algunas definiciones que servirán de apoyo para trazar un camino para desarrollar mejoras en la calidad de vida. 

¿Qué es la higiene psicológica? 

Es un conjunto de hábitos que permiten a una persona gozar de salud mental y estar en armonía con su entorno sociocultural. La higiene emocional se refiere a ser conscientes de nuestra salud psicológica y adoptar breves hábitos diarios para controlar y abordar las heridas psicológicas cuando las sufrimos.

Desarrollar hábitos nuevos es un gran reto en el sentido de que comúnmente no se tiene muy claro cómo y por dónde comenzar. Siendo de este modo, es necesario establecerse metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo. Estas deben de ser lo más realistas y objetivas posibles, incluyendo habilidades con las que contemos actualmente e irlas puliendo poco a poco y de ser posible, adquirir nuevas, sin embargo, no se debe caer en la creencia de que son inamovibles, ya que pueden lograrse trazando caminos diferentes.

Para comenzar a desarrollar una higiene emocional, a continuación te compartiré diez consejos con los cuales se puede partir. Hay que recordar que esto es una base, un boceto, y que cada persona puede modificarlos a su estilo de vida y personalidad:  

Consejos para tener una higiene emocional

1. Mantén una rutina: 

Esta debe de proporcionar estructura y estabilidad emocional, es decir, incluir horarios de los alimentos (desayuno, colaciones, comida y cena), hora para dormir mínimo 6 o 7 horas, incluir actividades laborales, familiares, personales, de ejercicio (espacio recreativo). Es muy importante no omitir ninguna, debido a que, estás forman parte del equilibrio.

2. Higiene del sueño: 

Descansar y dormir suficiente será de gran ayuda para mantener el cuerpo y la mente en buen estado. De lo contrario la atención, concentración se verán duramente afectadas, ya que el cerebro se mantendrá en un estado de alerta constante, lo cual, con el paso del tiempo puede volverse dañino.

3. Actividad física: 

Realizar ejercicio no solo mejora la salud física, sino, también el estado de ánimo y reduce el estrés a gran medida. Regula las emociones al ser un buen método de descarga y liberación.  El ejercicio puede iniciarse desde 15 minutos al día, siendo lo ideal entre 30 minutos a 2 horas diarias o por lo menos 3 veces por semana.

4. Alimentación balanceada: 

Al adquirir buenos hábitos alimenticios la calidad de vida mejora considerablemente, regulando malestares que se han estado presentando y que incluso algunos se han llegado a considerar crónicos. A su vez, retrasa el envejecimiento, mejora el estado de ánimo, la concentración, sentido mayor vitalidad y energía durante el día, logrando tener un descanso adecuado por las noches.

5. Círculo social sano: 

Crear relaciones sanas en donde se fomenten valores y principios saludables, así como hábitos adecuados, es de gran importancia para poder fortalecer la autoestima, motivarse a salir adelante, sentirse acompañado, empatía por otras personas, ayuda a crear un estilo de vida con más plenitud. Habrá momentos en donde se pueda llegar a sentir soledad, tristeza profunda, sin embargo, se debe evitar aislarse, y buscar ayuda con un psicoterapeuta.

6. Aprende nuevas habilidades: 

La adquisición de conocimientos y habilidades puede aumentar la autoestima y la satisfacción personal. El aprendizaje constante hace que nuestra mente se mantenga activa, que el cerebro no se deteriore tan rápidamente. Una mente activa tiende a generar soluciones practicas ante las posibles problemáticas que puedan presentarse.

7. Actividades sociales: 

Realiza una acción que aporte valor a alguien. Realizar actividades que sirvan de apoyo para tomar un respiro de la rutina básica ayudará a no caer en la monotonía y apatía.  

8. Organización, planificación financiera: 

La planificación, organización de lo que se consume también forma parte de la higiene mental. Al tener presentes las prioridades funciona como impulso y motivación para obtener cosas extras. Deudas, acumulaciones generan un mayor estrés al día a día.

9. Relájate y evita el exceso de estimulación: 

Práctica la meditación, tener momentos de relajación, tranquilidad. Reduce el tiempo frente a pantallas, el uso de redes sociales, dispositivos. No abuses de la cafeína, opta por consumir infusiones, tés. Respetar nuestro tiempo de descanso es una forma de darnos amor; amor propio.

10. Pide ayuda profesional: 

Aprender a solicitar ayuda es tan importante como respirar, habrá ocasiones en las cuales no se podrá continuar solos, en el sentido de que, al tener una segunda observación puede abrir un panorama completamente diferente, para ello, se requiere de un ojo clínico, como el de un profesional de la salud, el cual este capacitado para poder brindar la orientación necesaria en el proceso de sanación.

A continuación, les comparto un ejemplo de planeación. Recordando que esta es solamente una idea de como se pude empezar a desarrollar disciplina y organizar el día a día:  

Esperando que la información y orientación plasmada en este artículo sea de utilidad y sirva de apoyo para reforzar y darle seguimiento a la adherencia a sus tratamientos o bien poder iniciar uno con objetivos y metas definidas. Si hay más dudas al respecto, no dudes en acercarte con algún especialista o con tu terapeuta de apoyo para que te las aclare.