Hemos escuchado muchas veces casos de personas que se han visto inmersos en situaciones de adversidad y han salido adelante, superando todos los obstáculos y los pronosticos. ¿Qué tienen de especial estas personas?
En realidad no es que sean súper humanos sino que han desarrollado su capacidad de resiliencia. La resiliencia no es exclusiva de algunas personas, de hecho, es algo común que se puede desarrollar y trabajar como cualquier otro músculo.
La resiliencia es el proceso de adaptarse de manera positiva a la adversidad, a un trauma, pérdida, amenaza o fuentes de tensión significativa. Una persona que es capaz de seguir con su vida o empezar de nuevo cuando todo ha salido mal.
Todos en algún momento de nuestra vida hemos sido resilientes, por ejemplo cuando sufrimos la pérdida de un ser querido o de la estabilidad económica, cuando pasamos momentos de crisis en las que muchas veces sentimos que ya no podemos dar más, que las cosas nos superan y no vemos el final pero salimos adelante y aprendemos de estas situaciones, salimos renovados y más fuertes emocionalmente.
Existen ciertos factores que pueden ayudarte a mejorar tu capacidad de resiliencia, pero debes tomar en cuenta que la resiliencia nos orienta a la acción, a la esperanza y a la confianza en ti mismo. A continuación te dejo algunos puntos para aumentar tu resiliencia:
- Establece relaciones significativas: Se ha descubierto en muchos estudios que este es uno de los factores más importantes de la resiliencia. El tener relaciones cercanas que nos aportan cariño, apoyo y amor dentro y fuera de la familia. Relaciones de confianza que nos proveen estímulos positivos y seguridad, fortalece la resiliencia.
- Aceptar el cambio como la única constante de la vida: Acepta el cambio como algo inherente a la vida, estar conscientes de esta premisa nos permite aceptar situaciones adversas y sobre todo nos dará¡ la capacidad de discernir aquellas situaciones que si podremos cambiar o alterar de aquellas que salen de nuestras manos. Puedes revisar más de este tema: El proceso de cambio
- Fomenta tu auto concepto y conócete: Desarrolla la confianza en ti mismo, cree en tus capacidades para resolver problemas y conoce tus puntos débiles, la vulnerabilidad no es algo malo de hecho en nuestras debilidades también esta nuestra fortaleza. Al final la adversidad no te define.
- Planteate metas pequeñas y realistas:El plantear metas pequeñas te acerca a tus objetivos y sobre todo se realista, toma en cuenta tu contexto y tus capacidades. Los pequeños logros se suman y nos permiten sentirnos bien con nosotros mismos.
- Toma decisiones: En momentos de adversidad o mucha tensión podemos querer no tomar decisiones y que las cosas simplemente pasen, pero el ignorar un problema no lo desaparece. Así que mejor toma acción , no tengas miedo a equivocarte y trata de hacer lo mejor que puedas con lo que tengas.
- Mantén las cosas en perspectivas y no pierdas el sentido del humor: Cuando pasamos un momento de crisis solemos no ver salida, pero calma, toma las cosas con su debida proporción y ve el contexto general de tu vida y no pierdas de vista la perspectiva a largo plazo. Además no olvides tu sentido del humor, tomar las crisis con sentido del humor nos fortalece aprende a reírte de ti mismo, esto siempre nos aligera las cargas.
- Pide ayuda: No hay nada de malo en saber nuestras limitaciones, al contrario siempre es mejor pedir ayuda, todos necesitamos de todos.
Escrito por: Maria del Carmen Soria Garcini
Psicoterapeuta psicoanalítica enfocada a la clínica con adultos. Con cuatro años de experiencia en el ámbito, tiene la firme vocación de ayudar a aliviar el dolor emocional que aqueja a las personas por diferentes afecciones. En Vime ha logrado ayudar a las personas a vivir de una manera más plena y saludable.