En algún momento de nuestra vida todos nos hemos sentido nerviosos, preocupados o con miedo de algo y lo asociamos con un sentimiento llamado ansiedad. Por lo general sabemos qué es lo que puede llevar a causarnos este malestar, es algo identificable y logra pasar con el tiempo. El problema viene cuando cualquiera de esas sensaciones se intensifican y nos llevan a perder el equilibrio vital.
Cuando hablamos específicamente de un trastorno de ansiedad, la persona generalmente no sabe por qué tiene miedo o la ansiedad que siente no va acorde a las circunstancias; pareciera que no tiene sentido para el resto de los demás.
A continuación hablaré de uno de los principales tipos de trastornos de ansiedad: la fobia.
La fobia específica o simple, se conoce como un temor intenso y paralizante de algo que quizá infunde temor, pero que se vuelve excesivo e irracional. En estos casos cuando existe una fobia, el temor suele ser tan grande que lleva a la persona a evitar sus actividades rutinarias e interfiere con su funcionamiento de vida cotidiano.
Por ejemplo, podemos llegar a sentir miedo cuando un avión despega o aterriza, pero no es normal cuando una persona le teme tanto a esto que se niega o evita subirse o incluso acercarse a un avión.
Algunas de las fobias más comunes:
-A animales o insectos | -A las alturas |
-A espacios cerrados | -A volar |
-A la sangre, inyecciones u otros procedimientos médicos | -A los relámpagos |
Las personas con fobias intentan evitar lo que les provoca miedo. Si eso no es posible, pueden llegar a sentir miedo excesivo o pánico, taquicardia, falta de aire, temblores y un fuerte deseo de huir
Es común sentir algo de temor a objetos o situaciones, pero el temor excesivo, intenso o que llega a paralizar es una señal importante de que existe una fobia como tal.
Existe también la fobia social, que se relaciona con el temor excesivo e inapropiado a ciertas situaciones sociales o con el desempeño en presencia de otras personas. Por ejemplo, el muy conocido “pánico escénico” que tiene que ver con el miedo a hablar en público, es una forma muy común de fobia social. En otros casos, el simple hecho de hablar con gente, comer fuera de casa, ocasiona una ansiedad severa que puede hacer que la persona busque la manera de evitar dichas situaciones.
La agorafobia, es un tipo más debilitante de trastorno de ansiedad, por lo general implica temores múltiples e intensos como el temor a estar en lugares públicos, de los cuales puede ser difícil escapar, estar entre multitudes, pasar por túneles, etc. El elemento común en estas situaciones tiene que ver con el miedo a separarse de las fuentes de seguridad.
Recuerda que es importante recalcar que estos temores sólo se consideran fobias cuando son tan exagerados como para interferir de manera significativa con el funcionamiento de la vida.
¿Se puede tratar?
Por su puesto, el objetivo del tratamiento es ayudar a la persona a llevar su vida cotidiana sin ser paralizado por sus miedos. El éxito del tratamiento por lo general depende de la gravedad de la fobia.
La primera opción de tratamiento es la psicoterapia, ya sea individual o de grupo, en donde el paciente pueda hablar del miedo que siente y en conjunto con su terapeuta logren explorar a qué está asociado el mismo, para ir comprendiendo y cambiando los pensamientos que lo originan, con el fin de que gradualmente pueda lidiar con él.
Algunas veces el tratamiento psicoterapéutico puede ser acompañado por medicamentos, dependiendo del tipo y grado de fobia que el paciente tenga, ayudando a prevenir sus síntomas o hacerlos más llevaderos. Es importante que el terapeuta valore la situación para poder canalizar al paciente con un psiquiatra y pueda tener un tratamiento óptimo.
El pronóstico es bueno, es necesario mencionar, que las fobias tienden a ser constantes, pero pueden responder bien al tratamiento, ayudando a que la persona se sienta mejor, que pueda realizar sus actividades cotidianas y logre tener una calidad de vida buena.
¿Has tenido o conoces a alguien que tenga una fobia? Cuéntanos tu experiencia
Escrito por: Allan J. Hernández Ceron
“Allan Hernández, psicólogo y psicoterapeuta, siempre interesado en la transmisión de la importancia que tienen las emociones y los pensamientos para llevar una vida saludable, tanto dentro como fuera de uno mismo. En VIME procura conjugar este deseo con la psicoterapia.”