El estrés y el apetito: dos respuestas comunes
20 diciembre, 2024
por
L. P. Viridiana Gómez
A pesar de que el cortisol cumple con múltiples funciones, se le conoce ampliamente como hormona del estrés debido a que sus niveles se incrementan en respuesta a una presión alta o a una ansiedad alta. Provoca hambre, acumulación de grasa y reducción del flujo sanguíneo en las áreas cerebrales que controlan el consumo de alimentos.
El estrés persistente puede estimular el sistema de gratificación cerebral, provocando que las personas busquen alimentos que brinden una sensación instantánea de alivio o disfrute. Este suceso se denomina "hambre emocional" y se presenta frecuentemente cuando el organismo siente que requiere una "recompensa" para manejar el estrés o la ansiedad. Los alimentos que suelen ser buscados son aquellos con alto contenido de azúcares y grasas, tales como los dulces, la comida rápida y los aperitivos. Estas alternativas culinarias suelen ser consoladoras a corto plazo, pero pueden acarrear problemas de salud a largo plazo.
b) Pérdida de apetito
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Comer de forma consciente (mindful eating).
L. P. Viridiana Gómez
20 diciembre, 2024
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