Dormir, descansar, dormitar: ¿Conoces la diferencia?
20 septiembre, 2024 por
L. P. Alejandra Ortega
No dormir las horas requeridas (7 horas) y/o tener dificultad para conciliar el sueño adecuadamente puede traer consecuencias considerables a la salud, tanto física como mental, con el transcurso del tiempo. Se pueden presentar diversas razones por las cuales dormir 7 u 8 horas puede llegar a dificultarse, sin embargo, deben de buscarse y conocer otras opciones de modo que nuestro cerebro y mente puedan descansar. Para ello, es importante conocer lo que es dormitar, dormir y descansar; pueden sonar a sinónimos, pero no lo son.

Dormitar: 
Se refiere a dormir sin lograr llegar a un sueño profundo. Aquí nuestro cuerpo no logrará recuperarse del desgaste físico ni mental del día a día, provocando somnolencia, fatiga e incluso alteraciones es nuestra ingesta de alimentos y agua (disminuye o aumenta) elevando los índices de ansiedad en nuestro sistema. Además, alteraciones neurológicas debido a que forzamos todo nuestro organismo a trabajar a marchas forzadas. Esto con el tiempo puede contribuir a daños en órganos, agudizar enfermedades mentales pudiendo volverse crónicos si se persiste en dormir inadecuadamente.

Dormir: 
Es el estado de reposo en el cual nuestro cuerpo entra en un estado de recuperación. Al dormir nuestro organismo continúa trabajando, pero de otro modo. Al entrar en estado de reposo, se entra en estado de relajación y a través de los sueños es como descargamos los asuntos inconclusos de nuestro día. A su vez nuestros órganos limpian nuestro organismo filtrando lo que no necesita, he aquí la importancia de tener horarios establecidos para ingerir alimentos y bebidas, ya que, si no se mantiene un orden en ello, entonces no le estaríamos permitiendo a nuestro cuerpo realizar la limpieza que necesita para mantenernos sanos.

Descansar: 
Es un tomarse un momento para reponerse, cesar en un momento de mucho estrés, tener pequeñas pausas. El descanso es un punto frecuentemente olvidado y dejado de lado por la alta demanda de actividades/trabajo, lo que provoca que no se fomente la importancia de tener momentos para uno mismo. Tomarse un descanso no implica dejar de realizar algo, más bien, va dirigido a la cuestión de no saturarse, evitar llegar a desarrollar ansiedad, o trabajar a marchas forzadas. También es una invitación a analizar lo que se está haciendo. En ocasiones se puede tener bloqueos mentales y al tomarse un descanso, “un respiro”, se puede retomar desde otra perspectiva y con un estado de ánimo diferente.

Teniendo como conclusión de que, desarrollar buenos hábitos nos impulsara a llevar una vida más saludable, el cambio de hábitos de sueño y alimentación, así como su constancia, compromiso propio, llevará a poder tener una vida más sana, pudiendo disfrutarla con mayor plenitud.

Ahora que conoces las diferencias de estos conceptos, de cómo influyen en nuestro día a día, así como la importancia que tiene el tener un buen descanso, ¿consideras que duermes y/o descansas adecuadamente a lo largo de tu día? ¿tienes un ciclo del sueño establecido?

De no contestarte afirmativamente, no te preocupes, poco a poco puedes ir analizando junto con tu terapeuta de apoyo las situaciones por las cuales se te esta dificultando poder hacerlo, o bien, también puedes acercarte a un especialista para que pueda orientarte en el proceso a tener una mejor calidad de vida. Recuerda siempre que la salud mental es igual de importante que la salud física.
 
L. P. Alejandra Ortega 20 septiembre, 2024
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