El autocontrol, o conocido coloquialmente como “fuerza de voluntad”, es un conjunto de habilidades que pueden aprenderse, perfeccionarse y mantenerse con el tiempo. Este conjunto de habilidades apunta a tener la capacidad de demorar el impulso de hacer algo, como por ejemplo, comer alimentos chatarra en un régimen alimenticio, evitar manejar bajo la influencia de alcohol, evitar una discusión con alguien cuando estamos alterados, etcétera. De otra forma, podríamos describir el autocontrol como “hacer las cosas a pesar de…”, es decir, ser capaces de tomar decisiones que vayan en camino a nuestros objetivos o aspiraciones a pesar de que el contexto no nos guste o no sea el más favorable. Y con esto incluimos también el estado de ánimo. 

Obviamente, desarrollar la habilidad de autocontrolarnos puede resultar un poco complejo y tedioso al inicio, aunado a que tenemos que aprender a lidiar con las emociones y la posible frustración de no hacer cosas que deseamos o añoramos en determinados momentos. Es importante tener en mente que “la práctica hace al maestro”, por lo tanto, mientras más te permitas practicar el autocontrol, eventualmente podrás actuar de forma más natural y el malestar irá disminuyendo.

En cuanto al autocontrol en la alimentación, las personas que deciden iniciar un estilo de vida más saludable pueden enfrentar momentos de frustración, pero conforme empiezan a notar las ganancias es más sencillo lograr tener “fuerza de voluntad”. Asimismo, el poder continuar en el camino de mejorar los hábitos alimenticios y poder lidiar de manera más asertiva con las frustraciones que se puedan presentar en el camino. El verdadero reto es lograr aprender esta habilidad. 

Algunas cuestiones que nos pueden favorecer en el desarrollo del autocontrol pueden ser las siguientes:

1.  Principalmente, toma en cuenta que es un proceso que requiere esfuerzo, tiempo y perseverancia.

2. Es muy importante tener bien definidos nuestros objetivos y plantear pequeñas metas que nos conduzcan a la culminación de los mismos.

3. Trabajar la gestión emocional y principalmente la tolerancia a la frustración.

4. Tener mucha paciencia y si tenemos un desliz evitar abandonar el camino.

5. Ayudarnos de nuestras redes de apoyo como familia, amigos, pareja, profesores, etcétera.

6. Sé autocompasivo. Es un camino complejo, donde encontrarás altas y bajas y habrá momentos donde quieras retirarte, Voltea a verte a ti mismo y si fracasas en unas cuantas ocasiones, comprende que es algo normal y valida tus emociones. 

7. Date recompensas de vez en cuando, el hecho de tener pequeños incentivos en sintonía con tus objetivos te hará tener un mejor apego y lograr dominar el autocontrol de forma más eficaz.