¿Qué nos hace alcanzar nuestras metas? ¿Por qué tomamos las decisiones que tomamos? ¿Qué nos da la fuerza para continuar avanzando hacia nuestras metas, y no renunciar a mitad del camino?
Mucho se habla de "la fuerza de voluntad". Una característica que todo ser humano posee. Se le ha dado el crédito de todos nuestros logros en la vida. Incluso es visto como una cualidad que hay que cultivar, fortalecer y apegarse a ella para alcanzar nuestras metas u objetivos. Y nos ayuda a que las circunstancias que nos rodean (y también circunstancias internas), no nos hagan alejarnos de lo que aspiramos, o aquello que soñamos lograr.
No obstante, en muchas ocasiones, la fuerza de voluntad no parece ser suficiente o parece debilitarse con el paso del tiempo. Y es cuando pensamos que no tenemos la suficiente “fuerza de voluntad” para llegar a nuestra meta, haciendo que elijamos la opción más sencilla: claudicar o renunciar a nuestra meta.
Un ejemplo de esto es iniciar un cambio de hábitos en nuestra alimentación para tener una vida más sana y con mayor calidad de vida. Al principio estamos muy convencidos de querer mejorar la salud. Al dar inicio, es decir, poner acción, encontramos que no es tan sencillo hacer el cambio de hábitos como lo habíamos imaginado.
La opción más fácil y menos sana es renunciar a hacer el cambio de hábitos, porque nos creemos a la idea de: "no tengo fuerza de voluntad, ¿para qué continuó?". Cuando en realidad no es que esté fallando tu fuerza de voluntad, sino que estás dejando de ver tus motivaciones. La resistencia al cambio te está distrayendo de lo realmente importante: el motivo de tus metas.
Luego entonces, podríamos pensar que enfocarnos en las metas debería ser suficiente para estar motivado... La respuesta es: no.
Las metas tú las eliges. Pero si lo pensamos bien, hubo algo que te motivó a tener esa meta. Las metas son el resultado de tus motivaciones. La meta se fija donde tus motivaciones apuntan. Por lo tanto, no basta con tener fuerza de voluntad y enfocarnos en nuestras metas. También es importante preguntarse a uno mismo: ¿por qué elegí ésta meta?, ¿por qué elegí mejorar mi salud? ¿por qué elegí bajar de peso y mejorar mi calidad de vida?
Cuestionarnos y recordar el por qué iniciaste un proyecto mantendrá viva la llama de la motivación y nuestra fuerza de voluntad se fortalecerá. Y fortalecida nuestra convicción de seguir adelante, las resistencias al cambio de hábitos, los sabotajes y auto-sabotajes, tendrán menos fuerza. Tendremos más control sobre las decisiones que tomamos. Es cuando elegimos el camino que nos lleve a la meta y no el camino que nos aleje de ella.
¿Cómo saber qué es lo que nos motiva? Principalmente respondiéndote a ti mismo las siguientes preguntas:
➜ ¿Para qué hago lo que hago?
➜ ¿Con que objetivo lo hago?
➜¿Qué propósito o significado tiene lo que estoy haciendo?
➜ ¿Qué es lo que más deseo en la vida?
Conocer qué es lo que deseas, te conectará con tu motivación más profunda.
La motivación puede venir de factores externos o internos, es decir, puede que nos motive algo de lo que nos rodea. Por ejemplo: reconocimiento, aceptación de los demás, ganancias materiales, etcétera. Sin embargo, esas motivaciones externas suelen ser fugaces y muy cambiantes. Son inestables y pueden llevarnos al fracaso y frustración. Pero si nuestra motivación surge desde nuestro interior difícilmente podrán cambiar, lo que provoca que la energía que invertimos para alcanzar nuestras metas no se agote tan fácilmente, y por lo tanto, mantenernos firmes y constantes en los pasos que damos para alcanzar dichas metas.
Resumiendo: en un principio podemos tener nuestra meta muy clara, y por tanto, suficiente fuerza de voluntad para superar las resistencias al cambio, adaptarnos, y alcanzar nuestra meta de mejorar nuestra salud a través de un plan alimenticio. Pero la resistencia al cambio puede ser una fuerza muy grande si no fortalecemos también nuestra fuerza de voluntad. ¿Y cómo se alimenta nuestra fuerza de voluntad? Pues teniendo presente tus motivaciones. Teniendo presente qué te llevó desde un inicio a querer mejorar tu salud. Lo que significa que es necesario un autoconocimiento, para encontrar tus propios recursos y usarlos a tu favor.
Identifica de dónde surgen tus motivaciones. Si es que vienen de tu entorno y de exigencias de terceras personas, y no de tus deseos y sueños más profundos. O si tus motivaciones provienen del propósito que has elegido para tu vida. Aquello que nace de ti y del autoconocimiento de tus deseos y necesidades.
Recuerda que tu fuerza de voluntad se alimenta de tus motivaciones. Fortalece tus motivaciones y alcanzaras tus metas
Especialista
Uriel Martínez
Psicólogo
Psicólogo y psicoterapeuta sistémico, con una escucha activa y empática, validando las respuestas humanas. Enfocado en la salud mental de las personas, desde el autocuidado, la resiliencia, e interés en promover cambios significativos para el paciente y su manera de relacionarse con el mundo; ejercitando una inteligencia emocional que le sirva de herramienta para la vida cotidiana