Comer, masticar, digerir y su relación con el psiquismo
22 agosto, 2024 por
L.P. Eduardo Hernández
El acto alimentario se integra de una serie de elementos que lo convierten en un asunto bastante interesante para reflexionar. Cada uno de ellos de carácter diverso y que plantean posibilidades para dialogar y discutir con el fin de ahondar en algo tan simple a la vista, pero tan complejo en sus distintas dimensiones.

Muy frecuentemente, el aspecto biológico toma mayor importancia a la hora de pensar sobre el comer y la alimentación, haciéndolos parecer algo completamente natural. Más allá de lo que en realidad lo es. Se plantea como necesidad básica para vivir, como el proceso por el que se obtienen nutrientes necesarios para que el organismo realice sus funciones vitales, crezca y se desarrolle e incluso, como el medio para mantener la salud, prevenir enfermedades y asegurar el bienestar general del cuerpo.

Sin embargo, la perspectiva biológica resulta insuficiente para abordar y comprender el acto de comer, la alimentación y sus distintos procesos. Resulta indispensable analizar otras vertientes como el aspecto social que incluye el acceso a la comida según la clase, el sector, o grupo social al que se pertenezca. La cultura, que señala que puede ser considerado como comida, como se puede comer y en qué momentos debería comerse. Y por supuesto, el psicoanalítico, que lo considera como una primera experiencia de relación con el mundo, que deja huellas y contribuye a la conformación del carácter y a la manera de vincularnos con el mundo y los otros.

En este sentido, la alimentación no solo se vuelve una acción fisiológica, sino que con sus distintas variantes (desde la etapa más temprana de la vida), va inscribiendo y configurando modalidades psíquicas de relación, vinculo y carácter. Comer, masticar, tragar, digerir, incorporar, por mencionar algunas, dejan de ser solo conductas para tomar un sentido simbólico que será manifestado en la vida emocional y en el desarrollo mental de cada uno de nosotros.

La experiencia emocional de alimentación del bebé, proporcionado por la madre o la figura materna, será la base de otras experiencias alrededor de la comida, las relaciones y la estructuración de la personalidad. Los distintos matices que se desarrollen en el acto alimentario contribuirán a la conformación de distintos aspectos emocionales y vinculares, como cuando el bebé es acariciado suavemente y se le habla de forma amorosa mientras mama leche del pecho de su madre. De esta forma la leche es una experiencia gratificante de amor, ternura y calidez. O cuando se desteta de forma abrupta a un niño, privándole de la vivencia, lo que lleva a una angustia desbordante que será internalizada y manifestada en las distintas etapas de la vida cuando existe la separación. Es decir, cuando el bebé ingiere leche, también puede ingerir palabras de amor o desamor, gestos de afecto o de rechazo y experiencias gratificantes y nutricias o displacenteras y dañinas.

Así en la vida adulta. No solo se come un pedazo de carne o una porción de vegetales, sino un cúmulo de experiencias que recuerdan a las etapas tempranas de la vida, placenteras o displacenteras, cargadas de afecto o dolor. Además, en la manera del comer, se expresan cualidades psíquicas que quedaron como huellas del desarrollo e influyen en la actividad mental. El masticar como acto que implica un esfuerzo, que implica un trabajo por incorporar el alimento, que a nivel psíquico implica el esfuerzo por incorporar el mundo.  El tragar como una forma de poseer e incorporar algo, devorarlo y apropiarse de eso, que en los vínculos aparece como voracidad de pertenencia y posesión, como demanda de atención, o la digestión, como un proceso que transforma los alimentos y ayuda a absorber los nutrientes, que se asocia también al proceso de transformar las experiencias en afectos y representaciones (imágenes e ideas) para lidiar con la realidad que a veces es intolerable.

En este sentido, te darás cuenta que la alimentación como acto tiene una serie de simbolismos que en VIME y en tu proceso psicoterapéutico podrás ir descubriendo.


L.P. Eduardo Hernández 22 agosto, 2024
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