Respirar es una función vital del ser humano, cualquier actividad que implique un esfuerzo físico conllevará el trabajo de nuestra caja torácica y sus estructuras. ¿Sabías que cada día realizamos en promedio 20.000 inspiraciones y exhalaciones? Si eres una persona activa, es muy posible que este número aumente significativamente, esto dependiendo principalmente de tu actividad física y estilo de vida.

A pesar de esto, las personas tienden a ignorar inconscientemente la importancia de una respiración adecuada cuando hacen ejercicio. Normalmente, durante el entrenamiento, nos centramos en mantener el número de repeticiones, en marcar cada serie de ejercicios o comprobar el número de kilómetros recorridos. Desafortunadamente, una respiración adecuada pasa a un segundo plano.

Aquellas personas que comienzan a practicar actividad física o que nunca se han parado a pensar en la importancia de controlar la respiración durante la misma, seguro que han experimentado más de una vez la fatiga. Esta se debe a una mala técnica de respiración durante el ejercicio, que puede conllevar también un menor rendimiento, agotamiento, cambios en la presión arterial, mareos, etc…

Y es que la respiración es un proceso fundamental por el cual conseguimos el oxígeno que necesitan nuestras células para obtener la energía necesaria para llevar a cabo la actividad física. Por ello, respirar bien influye tanto en nuestro rendimiento como en nuestras sensaciones mientras practicamos ejercicio.

Siempre es mucho más recomendable inhalar profundamente por la nariz y exhalar por la boca, ya que así eliminaremos dióxido de carbono y obtendremos oxígeno para nuestro cuerpo. 

¿Pero sería que existen diferencias entre cada tipo de ejercicio? La respuesta es sí. Durante la práctica de ejercicio aeróbico, es importante mantener un ritmo de respiración constante y relajado, sin llegar a incrementar de manera sustancial las frecuencias de inhalación y exhalación. Por otro lado, cuando realizamos ejercicios de fuerza, es recomendable inhalar en el momento del reposo y exhalar cuando se está realizando el esfuerzo, cuando se contrae la musculatura. Eso sí, no se debe aguantar la respiración mientras se está realizando un esfuerzo, ya que podría generar mareos o subidas de tensión.

¿Y en el descanso? Mientras descansamos entre sesiones o ejercicios, es decir, durante el reposo, también tenemos que controlar la respiración, manteniendo un ritmo relajado y profundo que nos ayude a recuperarnos.

La respiración es muy importante en nuestra vida y puede afectarnos tanto positivamente como negativamente en cualquier aspecto. Por lo tanto, ya sea en el deporte como en cualquier otra actividad debemos prestar más atención a nuestra respiración.