Factores y aspectos en la calidad del sueño
17 enero, 2024 por
L.F. Roberto Hernández
El sueño y descanso es una necesidad fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo humano, ya que conlleva a una amplia serie de procesos. En el dado caso de presentar trastornos del sueño y privación de este mismo, esto puede provocar repercusiones importantes en nuestra salud. A motivo de ello es importante repensar y plantearse las siguientes preguntas: ¿qué sucede en el organismo si no descanso correctamente?, ¿en qué me beneficia tener un correcto hábito de dormir? y ¿qué medidas o herramientas puedo implementar para tener una mejor calidad de sueño? Todos estos cuestionamientos nos darán un nuevo sentido e interpretación del por qué dormir correctamente es tan necesario como alimentarse correctamente y ejercitarse diariamente.

Como primera consideración, el no llevar un adecuado hábito de sueño generará alteraciones en el funcionamiento de distintos aparatos y sistemas del organismo dentro de los cuales se encuentran los siguientes: 

Afectación del sistema inmune debido a la baja en la producción de células inmunes. Ello aumenta la probabilidad de contraer una enfermedad e incluso ralentiza la recuperación tras contraer la enfermedad. 
Aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas, así como favorece la ganancia de peso corporal llevando al organismo a un estado de sobrepeso u obesidad. 
Participa en el desarrollo de trastornos del ánimo como la ansiedad y la depresión debido a la alteración del equilibrio en la química cerebral. 
Favorece al envejecimiento temprano debido al estrés oxidativo y con ello se presenta la fatiga crónica y la baja del rendimiento físico deportivo. 

Deteriora las habilidades cognitivas como la memoria, atención, análisis, pensamiento crítico y lógica. 

Por otra parte, el dormir correctamente será benéfico para nuestra salud y bienestar global.  Dependiendo de la etapa de vida en la que nos encontremos serán las horas recomendadas de sueño, siendo de 7 a 8 horas diarias para los adultos; de 9 a 10 horas para los adolescentes y más 10 horas para los infantes y niños en etapa escolar. Dentro de los beneficios que conlleva tener este buen hábito de vida surgen los siguientes:

Equilibra el gasto energético del cuerpo mejorando la sensación de energía y recarga para comenzar con las actividades de nuestro día a día. 
Favorece a la recuperación muscular y la formación de nuevas estructuras celulares que conforman a los tejidos 
Reduce estrés corporal y mental, ya que la acción de dormir canaliza la energía acumulada durante nuestra larga jornada de actividades. 
Previene trastornos del sueño y apneas del mismo

Una vez identificados los beneficios y consecuencias de no dormir correctamente, resulta indispensable implementar ciertas medidas que adecuen a que nuestro hábito de dormir y nuestra calidad de sueño sea lo más favorable posible. Entre ellas se encuentran la denominada “higiene del sueño” y sus conocidas prácticas las cuales serán descritas a continuación: 

Establecer un horario regular de descanso:
Es importante ir a dormir y levantarse todos los días a la misma hora para hacer evidente los cambios en la mejora de nuestra calidad de sueño. 
 
 Evita cenar e inmediatamente ir a la cama: 
Es recomendable evitar cenar pesado y no tener un tiempo de comida con alimentos irritantes o altos en azúcares. 
 
 Realizar ejercicio físico de forma regular:
Así sea de baja a moderada intensidad, mejora el estado de ánimo y facilita la inducción del sueño.  Es recomendable realizar ejercicio físico de manera nocturna 2 horas antes de ir a dormir para que bajen los niveles de endorfinas y serotoninas y sea más sencillo dormir. 
 
 Realizar por lo menos 30 minutos de una actividad cardiovascular: 
Ya que estimula a la liberación de melatonina la cual Induce a un sueño más profundo y la pronta recuperación de la energía corporal. 
 
 Implementar ejercicios de respiración
Como yoga o meditación, para favorecer la relajación e inducir más fácilmente el sueño. 

Tener un buen hábito de descanso representará mejoras significativas para nuestro estado de salud de forma general. El sueño es un proceso de recuperación necesario para restablecer los sistemas energéticos de nuestro cuerpo y ponernos afrontar día con día a los retos continuos que nos enfrentamos dentro de nuestro contexto y sociedad. Es por ello que el hábito de una buena higiene del sueño, en conjunto con adecuados cuidados nutricionales y la constante práctica de ejercicio, impactará de manera positiva en una mejor calidad de vida, en el aumento de la longevidad y esperanza de vida así como en la participación funcional de nuestra persona dentro del ámbito laboral, familiar, social, deportivo y educativo.
L.F. Roberto Hernández 17 enero, 2024
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