Como ya es ampliamente difundido, el ejercicio físico es una herramienta bastante eficaz cuando se está buscando perder peso y mantener la salud. Si lo que necesitas o lo que estás buscando es un resultado rápido y eficiente para cumplir este objetivo, y sobre todo mantenerlo por un periodo largo de tiempo, el ejercicio es tu mejor aliado. Invariablemente se requiere de una colaboración interdisciplinaria que incluya, desde luego, el ejercicio. 

En este sentido y tristemente la desventaja con la que te puedes encontrar a lo largo de la búsqueda de cumplir tus objetivos es que rara vez, o muy contadas ocasiones, se da una información clara y precisa sobre que ejercicio y con qué características conviene más realizar. Esta situación puede incluso afectar tu progreso que venía teniendo resultados favorables y de repente se quede detenidos o incluso retrasados a pesar de seguir con el plan. Y empieza la duda, ¿por qué ya no estoy avanzando?

Sí, es frustrante a veces, pero hay solución. Y es que parte importante de lograr un objetivo es planearlo y anticiparlo. 

Por lo tanto, el tratamiento comienza en comprender y analizar las necesidades, requerimiento y capacidades del paciente. De la mano de sus gustos, antecedentes y desde luego, sus metas. Todo con el objetivo de planificar un ejercicio más adecuado, eficaz y atractivo para el paciente a lo largo de su proceso. Ahora bien, de todos los ejercicios existentes y documentados que hay, ¿cuál es el que te va a ayudar? La respuesta es simple, no es el más difícil, o el más pesado, ni el más complejo. No, es el ejercicio que esté mejor planificado y orientado a estimular tu metabolismo oxidativo. 

¿Y por qué oxidativo? Porque la grasa almacenada en el cuerpo no se quema, se oxida. Y mientras más grasa se oxide, más peso se puede perder.

Como puedes observar, es bastante particular este tipo de ejercicio porque no se enfoca precisamente en cargar grandes cantidades de peso, o dar el alma en cada entrenamiento. Mas bien, se enfoca en lograr cumplir con un mínimo de tiempo (arriba de los 15 minutos y hasta 45 minutos), pero de una activación o movimientos continuos y suaves. (algunos ejemplos más comunes son el pedaleo en bicicleta, el trote suave, el ejercicio de remo, etc.) 

Se pueden aplicar para prácticamente cualquier actividad, ejercicio, incluso deporte. Siempre y cuando cumpla con estos dos puntos importantes. Uno, que sea continuo durante un periodo relativamente largo de tiempo y dos, que sea suave.

Otra aportación importante que nos regala la investigación científica más reciente es que el complementar este tipo de ejercicio oxidativo con otros de menor duración y que estén basados en series de repeticiones nos ayudan a potenciar aún más la pérdida de peso (un ejemplo común de este ejercicio es el fortalecimiento) 

En conclusión, si quieres bajar de peso rápidamente y con resultados a largo plazo, necesitas ejercicio. Dicho ejercicio necesita estar bien planificado y personalizado para cada persona (todos somos diferentes). El ejercicio más efectivo es el oxidativo, sin embargo, la combinación entre los ejercicios oxidativos y los seriados puede ayudar aún más en la pérdida de peso. Por lo tanto, vale la pena ponerse en las manos de expertos en la perdida y control del peso.