Durante el proceso de pérdida de grasa y recuperación de salud, el primer paso es la decisión. Es crucial para empezar un cambio, sobre todo la motivación que pueda estar detrás de ella. Es ahí cuando empiezan las elecciones distintas, las que nos ayudan a movilizarnos. Ir al médico, nutriólogo y hasta pagar la suscripción en el gimnasio son los primeros pasos para ayudarnos a lograr nuestra meta, pero todo es más profundo y complicado que simplemente empezar a hacer ejercicio, pues muchas circunstancias van influyendo en que estos cambios sean exitosos.

La vida adulta incluye muchas situaciones que no podemos controlar y que no quiere decir que estén mal, sino que las elecciones que vamos tomando son las que cuentan. Entre estas situaciones está la familia y amigos, o sea, la vida social. Empezamos un plan de alimentación, estamos dispuestos a hacer cambios y vamos entendiendo que no es de un día a otro, pero entonces se viene el primer fin de semana, y nos enfrentamos a algo que no tomamos en cuenta, o tal vez sí. Sentimos pena. No está mal sentir pena, o creer que nos van a juzgar, pero tampoco podemos tomar decisiones tan importantes en nuestra vida, como la salud, sólo por el temor a comentarios externos. Y que, de hecho, compartir con nuestros allegados que estamos en un viaje de salud, puede ser positivo.


Hay más personas en el mismo tren que tú 

Te puedes asombrar la cantidad de gente en tu trabajo, familia y amigos que también están en un proceso similar, y que por el mismo pensamiento que tú (la pena) no lo comparten, y hacerse compañía, puede hacer que este momento de la vida sea más especial.


Echarse porras 

Si encuentras a alguien que esta igual que tú, o que esta iniciando, o va más adelante, ayuda. Entonces puedes ser tú una inspiración, o justo verte con inspiración al ver a alguien cercano a su meta.


Apoyo emocional y red de soporte

Nunca falta el familiar que te ofrece tentaciones cuando ve que intentas hacer algo diferente por ti, y que parece no querer entender, y quizás ese sea un motivo para no compartir tu cambio. Pero te va a sorprender cuanto apoyo puedes recibir, que van a querer ayudarte. Desde preguntarte que puedes o no comer, o estar dispuestos a elegir otro restaurante.


Aprender a relacionarnos de otras maneras

Somos seres sociales, y todo lo que hacemos es con esa finalidad, y la alimentación no es la excepción. La comida es un medio para tal cual relacionarnos con nosotros mismos y con quienes rodean, pero no es la única. Podemos ser propositivos, y en lugar de simplemente buscar un restaurante o un bar para convivir, pueden ser desde otras formas. El cine, el teatro, museos, arcades y lugares de esparcimiento que se pueden
proponer para pasar un momento agradable.


Factor de cambio

En algún punto de nuestra vida hemos querido cambiar algo de nosotros, buscar salud, hacer ese curso o diplomado, y así. Y lo único que nos detiene muchas veces la misma decisión de hacerlo. Pero si, entendemos que todo es más complicado que sólo querer hacer, pues es también acomodar, tiempos, horarios, y los hijos. Pero si alguien cercano a ti esta con esa duda, y puede ver los cambios que has hecho en ti, y cómo estas aprendiendo a darte tiempo de romper ayuno, de tomar agua, y hacer ejercicio, entonces
esa persona verá que no es imposible.


Se siente más real

Aceptar que necesitas ayuda, y que estás haciendo lo mejor para ti no debe ser un secreto, es cambiar de estilo de vida y sostenerlo. Y todo eso se nota y la gente lo puede ver, ocultarlo lo hace ver como algo que no quieres en tu vida, y que en algún punto no desaparecerá. Hazlo parte de ti.

Involucrar a tu circulo ayudará a tener una red de apoyo, buscar empatía, y sobre todo ser un punto de cambio en tu entorno. En VIME nos preocupamos por ti. Acércate a tu nutrióloga si necesitas ayuda con tu tratamiento y temas sociales.