La conexión entre la alimentación y la calidad de vida en la vejez
21 junio, 2024 por
L.N. Marylin Astorga
La alimentación es un aspecto fundamental en todas las etapas de la vida, ya que por medio de esta se obtienen los nutrientes necesarios para garantizar un adecuado crecimiento, desarrollo y mantener la salud a lo largo de la vida. 

La vejez es una etapa de la vida en la que el cuerpo y la mente experimentan cambios significativos, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades. La nutrición juega un papel fundamental en nuestra salud y longevidad. A través de una alimentación balanceada y variada podemos proporcionar a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios para mantenerlo en óptimas condiciones y prevenir enfermedades asociadas a la vejez, como por ejemplo:

Osteoporosis: 
Se caracteriza por la pérdida de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas óseas.

Diabetes tipo 2: 
Es una enfermedad crónica que puede provocar complicaciones graves como problemas cardíacos, ceguera y daño nervioso.

Demencia: 
Abarca un grupo de enfermedades que afectan la capacidad cognitiva, la memoria y el funcionamiento diario de una persona.

Enfermedad cardiovascular: 
Incluye problemas con el corazón y vasos sanguíneos, como hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial periférica.

Caídas: 
Las personas mayores tienen un mayor riesgo de caídas debido a factores como la disminución de la fuerza muscular, el equilibrio y la visión.

Depresión: 
La depresión puede ser común entre los adultos mayores, afectando significativamente su calidad de vida.

Enfermedades del sistema digestivo: 
Como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la enfermedad del reflujo gastroesofágico, que pueden afectar la digestión y absorción de nutrientes en personas mayores.

Artritis: 
Es la inflamación de las articulaciones que puede causar dolor, rigidez y dificultades para moverse.

Enfermedades pulmonares crónicas
Como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar, que pueden dificultar la respiración y causar problemas de salud graves.

En la vejez las deficiencias nutricionales pueden ser más comunes debido a una serie de factores, como la disminución de la ingesta de alimentos, disminución de la absorción de nutrientes, enfermedades crónicas, medicamentos que interfieren con la absorción de nutrientes, y/o problemas dentales que dificultan la masticación de alimentos. Por lo que adoptar hábitos saludables desde temprana edad es crucial para promover una vida larga y saludable.

Algunos de los nutrientes especialmente importantes para la vejez incluyen: 

 Proteínas: Las proteínas son esenciales para mantener la masa muscular, la función inmunológica y la salud ósea. 

Calcio y vitamina D: Estos nutrientes son fundamentales para mantener la salud ósea y prevenir la osteoporosis. 

Omega 3: Los ácidos grasos omega 3 son beneficiosos para la salud del corazón y la función cerebral. 

Fibra: La fibra es importante para mantener la salud digestiva y prevenir el estreñimiento.

Antioxidantes: Los antioxidantes como las vitaminas C y E, los betacarotenos y el selenio ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, lo cual puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la edad.

Uno de los pilares de una buena nutrición es consumir una amplia variedad de alimentos, incluyendo verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Es importante limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas trans, que pueden tener un impacto negativo en nuestra salud a largo plazo.

Además de una alimentación saludable, otros factores como la actividad física, el descanso adecuado y el manejo del estrés también juegan un papel importante en nuestra longevidad. Mantener un peso saludable es fundamental para reducir los factores de riesgo en la vejez. El sobrepeso y obesidad está directamente relacionados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, contribuye a problemas metabólicos como resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, y también se relaciona con mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como de colon y mama. Tener un peso saludable también ayuda a mejorar la movilidad, reducir el impacto en articulaciones, prevenir caídas y lesiones.

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L.N. Marylin Astorga 21 junio, 2024
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