Comer cuando estás enfermo: ¿Debería romper mi plan? ¿O sigo con él?
11 septiembre, 2024 por
L.N. Nayeli Rodríguez
¿Cómo tengo tiempo para mi plan de alimentación cuando estoy enfermo, cansado, siento fiebre y apenas me puedo mover?

¿Existe alguna forma para recuperarme más rápido o existe alguna  combinación correcta de nutrientes para prevenir la infección? 
 

El sistema inmune, el primero en entrar en la línea…

El sistema inmune mantiene la vigilancia en cada parte de nuestro cuerpo, nos protege de gérmenes, hongos y virus que amenazan. ¿Sabías que nuestro sistema inmunológico entra en acción desde el primer momento en que introducimos la comida en la boca ya que tu saliva contiene poderosos antimicrobianos? Cualquier germen que logre colarse se enfrentará a una barrera mucho más formidable: el ácido clorhídrico de nuestro estómago. Este pulverizará a la mayoría de los invasores en nuestros estómagos antes de que puedan llegar a nuestros intestinos.  

Por último, nuestra microbiota intestinal ayuda a evitar que bacterias dañinas entren en nuestro torrente sanguíneo o radiquen en nuestro intestino delgado y colon. Es por ello que una dieta alta en ultraprocesados produce una disbiosis intestinal, afectando al 70% de nuestro sistema inmune ya que este se compone principalmente del tracto gastrointestinal.
 
Una buena nutrición permite que nuestros cuerpos respondan a las bacterias, virus o parásitos de manera rápida y eficiente. Y para funcionar bien, las células de nuestro sistema inmunológico necesitan abundantes vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos esenciales . 

Los prebióticos y los probióticos merecen una mención especial por ayudar a prevenir enfermedades, especialmente enfermedades gastrointestinales. ¿Cómo los podemos encontrar?

● Prebióticos: 
Verduras y frutas, cereales integrales como la avena, y semillas de chia o de linaza

● Probióticos: 
Los probióticos P60 de Zélé son una muy buena fuente de estas bacterias que son buenas para nuestro tracto gastrointestinal, ya que tienen muchas cepas que ayudan a crear una mayor variedad de bacterias. También podemos encontrar a los probióticos en algunos alimentos como en lácteos, por ejemplo, el  yogurt, kéfir o jocoque

● Omega 3: 
Los ácidos grasos omega-3, especialmente el EPA y el DHA, tienen potentes efectos antiinflamatorios. Pueden reducir la producción de moléculas y sustancias vinculadas a la inflamación, como las citocinas. Mejora la función inmunitaria y puede ayudar a reducir la severidad y la duración de los síntomas del resfriado.

Vitamina C: 
La vitamina C es una vitamina antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres y reduce el daño celular. Además de que estimula el sistema inmunológico, aumenta la producción de glóbulos blancos, que son clave para combatir infecciones.

Vitamina D:  
La vitamina D es esencial para la regulación del sistema inmune, promoviendo la respuesta antiinflamatoria y ayudando a proteger contra infecciones respiratorias.


¿Y que hago si tengo un resfriado y estoy en cetosis?

La respuesta es muy fácil. Sigue con tu plan y no consumas ninguna pastilla de miel, propóleo o que tenga algún caramelo, ya que esto te podría sacar de cetosis. Hacerlo podría empeorar los síntomas de tu cetosis junto con el resfriado. Si tienes ganas de algún alimento caldoso o calientito para mejorar tus síntomas del cuadro gripal, pregúntale a tu nutriólogo.

Recuerda que es importante no agregar ningún tipo de jarabe ni vitamina C efervescente. Estos están hechos a base de glucosa por lo que también romperían con tu plan de alimentación.

Mantente hidratado. Asegúrate de beber suficiente agua, ya que la hidratación es clave para recuperarte. Puedes incluir caldos y tés sin azúcar que te ayudarán a mantenerte hidratado y aportar electrolitos.

Consume grasas saludables. Durante un resfriado, es importante mantener tu energía. Continúa consumiendo grasas saludables como tus dos cucharadas de aceite de oliva extra virgen en crudo.

Añade alimentos ricos en nutrientes. Opta por alimentos que te ayuden a fortalecer tu sistema inmune, como verduras de hojas verdes, brócoli o pimiento verde.  Estas opciones entran en tu plan de alimentación y son ricas en vitaminas. 

Mantén tu ingesta de proteínas. Asegúrate de seguir consumiendo proteínas de alta calidad, como  tus alimentos Zélé, pollo, pescado y huevos.

Escucha a tu cuerpo. Si sientes que necesitas más energía, puede ser útil aumentar ligeramente tu ingesta de alimentos permitidos  como verduras.

Incluir alimentos ricos en estos nutrientes o suplementos bajo supervisión médica puede mejorar la respuesta inmune, reducir la inflamación y ayudar a combatir enfermedades como el resfriado común. Recuerda que te estás suplementando también. No olvides  mencionarle a tu nutriólogo qué tratamiento estás llevando durante tu enfermedad para que te de recomendaciones y alguna modificación en tu suplementación para mejorar los síntomas.



L.N. Nayeli Rodríguez 11 septiembre, 2024
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