El agua es uno de los elementos más importantes del cuerpo humano, ya que el 70% de nuestro cuerpo está conformado por agua y es de gran importancia para mantener ciertas funciones. Una de ellas es el guiar el transporte de nutrientes a los diferentes órganos de nuestro cuerpo, ya que va a favorecer a la circulación sanguínea. Si esta se conserva en óptimas condiciones, los nutrientes llegarán de manera correcta a cada uno de nuestros órganos.

Además, tiene función termorreguladora. Es decir, ayuda a que la temperatura dentro de nuestro organismo se distribuya de manera adecuada para evitar que se concentre solo en algunas zonas de nuestro cuerpo. Así promueve que este calor se transfiera de manera correcta a nuestra piel y puedan ser liberado. 

Es por eso que cuando nos exponemos ante altas temperaturas, o cuando realizamos actividad física intensa, el cuerpo genera calor como resultado de la actividad muscular. Y en respuesta a ello el cuerpo liberará sudor, el cual es importante para generar un enfriamiento que ayudará a regular la temperatura corporal y mantendrá el adecuado funcionamiento de nuestros órganos. 

El sudor solo es pérdida de agua y electrolíticos que deben de reponerse de manera inmediata, ya que de lo contrario ocurrirá una deshidratación y como consecuencia, si no tomamos la suficiente agua, el sistema circulatorio no será capaz de enfrentar la situación. Esto provocará una reducción en el flujo sanguíneo dando lugar a menor sudoración y la capacidad de perder calor será menor, por lo tanto, habrá una mayor ganancia de calor y provocará perdida de la conciencia.

El agua también es de gran importancia para generar líquidos viscosos dentro de nuestro organismo que van a actuar como lubricantes, tales como la saliva. La saliva es encargada de humectar nuestra boca, facilitar la masticación y permitir el adecuado paso de los alimentos. También mantiene húmedos la nariz, odios y garganta, lo que permite que realicen sus funciones de manera adecuada. 

Las lagrimas, por otro lado, son encargadas de mantener la adecuada humectación de los ojos y limpiar cualquier impureza y el agua también ayuda a la fabricación de líquido sinovial. Este es un liquido espeso y transparente que mantiene la adecuada hidratación de las articulaciones y proporciona flexibilidad, elasticidad y firmeza a los tejidos

¿Por qué es importante el consumo de agua durante la cetosis?

Los carbohidratos de consumimos en nuestra dieta habitual presentes en cereales como el arroz, el maíz, la papa, pastas, pan, dulces, frutas y azúcar suelen provocar retención de líquidos. Por cada gramo de carbohidrato se une a 4 moléculas de agua; entre mayor cantidad de carbohidratos consumidos podremos sentirnos más hinchados por esta retención. 

Durante la dieta cetogénica se reduce el consumo de estos alimentos por lo que no será necesario que nuestro cuerpo almacene cantidades abundantes de agua. A consecuencia de esto, durante los primeros días, la dieta cetogénica provocará diuresis, que es la pérdida abundante de agua. 

Si el consumo de agua es deficiente en el proceso de cetosis, puede darse una deshidratación que traerá la presencia de signos y síntomas que pueden ir complicando el proceso y causar problemas ajenos a la cetosis de acuerdo al grado de deshidratación en el que te encuentres.

▶ Deshidratación leve no detectable clínicamente: 

Apariencia normal, estado de alerta adecuado, diuresis normal, color normal de piel, extremidades calientes, ojos no hundidos, mucosas húmedas, frecuencia cardiaca normal, patrón respiratorio normal, pulsos normales, elasticidad de la piel adecuada, presión arterial normal. 

▶  Deshidratación clínica: 

Apariencia alterada, nivel de alerta alterado, irritable, somnolencia, disminución de diuresis, color normal de la piel, extremidades calientes, ojos hundidos, mucosas secas, taquicardia, aceleración del ritmo respiratorio, pulsos normales, perdida de elasticidad en la piel, presión arterial normal, estreñimiento leve y disminución de la orina.

▶  Shock por deshidratación: 

Alteración de la conciencia, confusión, piel moteada (puntos blancos en la piel), extremidades frías, alteración progresiva de la conciencia, taquicardia, aceleración del ritmo respiratorio, pulsos débiles, disminución de la presión arterial (hipotensión), intenso dolor de cabeza, calambres musculares, estreñimiento, disminución de la orina.

Es muy importante mantener la hidratación durante el proceso de cetosis para asegurar el adecuado funcionamiento de nuestros órganos y músculos, así como nuestro estado de alerta en óptimas condiciones y no habrá ningún signo y síntoma que haga difícil tu cetosis.