Cuántos de nosotros al iniciar un proyecto pareciera que la sensación es de mucho entusiasmo, pero conforme vamos transitando sobre ello nuestro interés se va apagando, o en su caso, abandonamos. ¿Tendrá que ver que esto implica mayor esfuerzo de lo que habíamos supuesto que requería?

Podemos suponer que los seres humanos nos encontramos matizados por la dicotomía “ganar-perder”, “amor-odio”, “blanco-negro”, “idealizar-devaluar”. Esta esencia puede acompañarnos en cualquier tipo de embarcación a la que nos aventuramos. Ahora, traslademos esta oscilación en nuestro proceso de bajar de peso. 

Es satisfactorio que conforme se acude a consultas de seguimiento la evolución sea la deseada, se ve reflejado costo/beneficio a favor de nuestra perspectiva. El cuerpo va respondiendo, posibilita a que en las siguientes semanas el estado de ánimo de entusiasmo prevalezca, muchos pacientes pueden hasta animarse a aumentar más la actividad física en aras de estimular el efecto positivo del tratamiento. La sorpresa llega cuando la evolución no marca lo esperado. 

¿Cuál puede ser la salida del aparato mental? Se pone en juego la tolerancia a la frustración. Por ejemplo, un paciente femenino en su primera consulta de seguimiento aspiraba que su cuerpo ingresara a estado cetogénico, pero llega al espacio de Terapia de Apoyo mencionando “tanto me esforcé para el resultado, me aplique y no he entrado a cetosis”. Describe que la sensación es la misma que percibía en los tratamientos pasados y la fantasía de que suceda el abandono de este tratamiento repitiendo lo que ha hecho en anteriores ocasiones.

El estado mental puede colocarse del lado de la balanza donde ahora pesaran los contras al tratamiento: "¿Para qué tanto esfuerzo? Lo que bajé no era lo que esperaba". La labor de cada uno de los integrantes de tu equipo disciplinario apuntara a indagar junto contigo las posibles causa de esa evolución semanal. Subrayo semanal debido a que no es un determinante para asumir que no funcionara el esfuerzo implementado ya que no solamente se trata de buscar un cambio en término de peso, sino que la propuesta gira entorno a la posibilidad de cambiar de hábitos a largo plazo. Sin embargo, pareciera que la mente pugna por devaluar el proceso. 

Ahora bien, el interés del espacio en Terapia de Apoyo en compañía de tu psicoterapeuta será la de generar conexiones sobre qué de esta insatisfacción puede enlazarse no solamente con tus procesos anteriores de pérdida de peso sino con algunos recuerdos o impresiones en la relación con otras experiencias donde la frustración se hizo evidente o en su caso el miedo que puede representar un fracaso.