Uno de los retos tras experimentar una pérdida de peso es el aprender a reconocer la nueva forma que este adquiere. Podría parecer un proceso que llega casi de manera inmediata con la pérdida, sin embargo, asimilar una nueva imagen no es tan simple como se podría llegar a considerar, ¿te esta pasando?

Pensando en que la pérdida de peso ha sido alcanzada por medio de un tratamiento especializado, damos por hecho que al alcanzar tal meta ya se han construido nuevos hábitos y se tiene mayor información acerca de cómo es que funciona la alimentación y el cuerpo. Sin embargo, todos estos aprendizajes no nos garantizan el tener claridad sobre el cómo nos vemos. El cuerpo, al perder peso, no necesariamente se convierte en el cuerpo idealizado que nos planteamos cuando iniciamos con el esfuerzo de perder peso. Estas situaciones pueden llegar a despertar insatisfacción, frustración e incluso enojo.

La intención que tengo al escribir este blog es brindar una breve guía a todos aquellos pacientes que se encuentran asimilando la forma de su cuerpo, tras la pérdida de peso:

1. Procesa tu historia

Entender tu historia personal alrededor del cuerpo significa el apalabrar aquellos  eventos significativos, el cómo has visto y hablado de tu propio cuerpo e incluso lo otros han dicho del mismo. Hablar del cuerpo, es hablar de la piel que habitamos. De esa división entre nosotros y el mundo externo, por lo tanto,  también implica hablar de las experiencias, de las sensaciones e incluso de las demandas que le hemos puesto.

Trabajar con un psicoanalista tiene como intención ayudar a resignificar estas experiencias y a desarrollar una percepción más real  y afectiva de tu cuerpo actual.

2. Habla sobre tus miedos, deseos y conflictos internos

Hablar libremente sobre tus miedos y deseos  puede revelar pensamientos y sentimientos ocultos sobre tu cuerpo, los cuales pueden estar llegando a distorsionar la percepción corporal.

3. Tu cuerpo es el mismo

Ten presente que perder peso no es tener un cuerpo “nuevo”. A pesar de tener una nueva forma es un cuerpo con una historia y un proceso recorrido. Abrazar tal proceso desde el entendimiento es una forma de renunciar a la perfección corporal y visualizar nuestro cuerpo como ese conjunto complejo de piel y hueso que nos permite vivir, el cual no tendría que ser perfecto, únicamente tendría que ser cuidado y escuchado.

A forma de conclusión, la mejor forma de reconocer nuestro cuerpo tras la pérdida de peso, es mirarlo desde el entendimiento de sus procesos, de sus deseos, sensaciones y necesidades, renunciando a la idealización y apostando por la aceptación.