La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud y puede hacer que sudes, te sientas inquieto y tenso, con palpitaciones, incluso dolor o malestar. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puedes sentirte ansioso cuando te enfrentas a un problema difícil en el trabajo, o antes de tomar una decisión importante. 

Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de dar un impulso de energía o ayudar a concentrarse, puede durar mucho tiempo y ser abrumadora. Es decir, son preocupaciones excesivas que se tienen casi todos los días.

Dentro de sus diversos y múltiples causantes podemos encontrar factores genéticos, antecedentes familiares, ambientales y del entorno (estrés o acontecimientos traumáticos) que pueden percibirse como amenaza, el perfil psicológico y el estado de salud. Un trastorno de ansiedad puede aparecer cuando la respuesta al estrés es desproporcionada o cuando la persona se ve desbordada o sobrepasada por los acontecimientos, es decir, puede surgir ante eventos importantes en la vida de un individuo, puede mostrarse de forma repentina como angustia o gradualmente en el transcurso de días. Su duración es variable, incluso puede percibirse como interminable. También varía en intensidad desde una inquietud hasta una crisis, la cual puede experimentarse como una sensación de ahogo o falta de aire, mareo, temblores, taquicardia, dolor u opresión en el pecho.

Además, existen diversos trastornos como la ansiedad generalizada, los ataques de pánico, fobias, agorafobia, etcétera. En conjunto con otros padecimientos como trastornos cardiacos (insuficiencia cardiaca, arritmias), trastornos hormonales, endocrinos (tiroides), trastornos pulmonares, como asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), consumo de sustancias (alcohol, estimulantes, cafeína, cocaína medicamentos con receta como corticoesteroides, productos adelgazantes con guaraná o cafeína, entre otros), puede incrementarse el malestar y su complejidad para brindar tratamiento.

Su diagnóstico lo realiza algún especialista de la salud como el médico, psiquiatra o psicólogo,los cuales mediante una entrevista estructurada podrán determinar cuando la ansiedad es lo suficientemente grave para ser considerada como un trastorno mental. Considerando entre muchos otros factores, el interferir en el funcionamiento cotidiano, afectaciones en diferentes ámbitos del individuo, duración, cronicidad, nivel de angustia o impedimento ocasionado, historial clínico individual, familiar y la aplicación de cuestionarios, inventarios o pruebas médicas para descartar comorbilidad.

Los tratamientos difieren y regularmente se pueden dirigir a corregir la causa más que tratar directamente los síntomas, entre ellos los que se incluyen son la psicoterapia y el uso de psicofármacos como ansiolíticos, los cuales son recetados por un psiquiatra.