Levántate cada mañana y y convéncete que puedes hacerlo
30 de noviembre de 2017
30 noviembre, 2017 por
Levántate cada mañana y y convéncete que puedes hacerlo
Rosa Maria Buendía

Una de las principales dificultades con la que nos encontramos una vez que hemos decidido iniciar un plan de alimentación, es aguantar las restricciones que nos impone la dieta. Por lo general, el sobre peso se relaciona con lo habituados que estamos a comer todo lo que queremos, en las porciones y horarios que nos apetezca, sin preocuparnos por los grupos de alimentos y las cantidades. De manera que al entrar a un régimen alimenticio, muchas personas se sienten frustradas al tener que limitarse, incluso lo viven como si se estuvieran perdiendo de algo muy delicioso, se sienten castigados y lo asumen como una injusticia.

Esto que muchas veces etiquetamos como ansiedad, es en realidad la dificultad que tenemos para aceptar un NO, para adecuarnos a un límite que sentimos impuesto desde fuera, aunque seamos los principales interesados en perder los kilos de más. Frente a las restricciones que nos indica la nutrióloga, los horarios y las porciones que hay que respetar, se expresa nuestra particular forma de hacer frente a las frustraciones de la vida.

 A continuación, algunas reflexiones que nos pueden ayudar a comprender y manejar estas situaciones.

Nuestra sociedad actual tiende a resaltar la satisfacción y el placer inmediatos, es muy difundida la creencia de que tendríamos que estar siempre contentos y tener todo lo que deseamos. De lo contrario, pareciera que no estamos siendo lo suficientemente hábiles o inteligentes. Esto es una falacia, en la vida no todo es felicidad y aunque podemos acceder a muchas gratificaciones, también es esperado que en muchas ocasiones las cosas no se den tal como las deseamos.

El aspecto más primario de la estructura de nuestra personalidad, el Ello como lo designó S. Freud, se refiere a la parte instintiva, que demanda satisfacción inmediata y no tolera que existan limitaciones. Es la que gobierna la mente en nuestros primeros años, pero conforme evolucionamos, aprendemos que no basta con desear sino que es necesario esforzarse para conseguir lo que queremos y que por lo general, todo logro conlleva un proceso, por lo que hay que saber esperar. Es decir, que la tolerancia a la frustración es un resultado de la madurez en el sentido psíquico.

Otra cualidad que representa un reflejo de madurez emocional es qué tanto consideramos el principio de realidad, o sea, en qué grado asumimos las demandas, limitaciones y condiciones que implica vivir en nuestro entorno. Por ejemplo, cuando ignoramos los lineamientos del plan de alimentación, estamos momentáneamente evadiendo la realidad de que eso traerá consecuencias contrarias a nuestro objetivo, dejándonos llevar por el placer inmediato que nos da la comida.

Un aspecto intrínseco a nuestra condición humana es el conflicto interno, de manera simultánea experimentamos sentimientos y motivaciones que se contradicen entre sí, lo que origina tensión psicológica. Esto implica que nunca podremos estar plena y absolutamente satisfechos, siempre habrá algo que nos falte o nos disguste, tanto de nosotros mismos como de los demás y de nuestro mundo. Esto no implica un pesimismo ante la vida, sino una perspectiva más amplia y realista de nuestra situación.

Además, es muy común la idea de que la frustración es negativa y que debería de evitarse a toda costa, por ejemplo, ciertos modelos modernos de educación procuran ahorrar a los niños cualquier disgusto o frustración, con la falsa idea de que ésta tendrá un impacto negativo para su desarrollo. Esta perspectiva es distorsionada, pues aunque es dolorosa la decepción, esforzarse para manejar las frustraciones fortalece la personalidad y nos permite aprender de las experiencias, para tener una vida emocional más plena.

De hecho, el deseo insatisfecho es el motor de la investigación, el aprendizaje y la creatividad, ya que si desde un inicio tuviéramos todo lo que anhelamos, no nos veríamos impulsados a explorar más allá de nuestra zona de confort. Espero que estos puntos te ayuden cuando te sientas muy frustrado por no poder comer como lo hacías antes de iniciar tu régimen alimenticio y te ayuden a mantenerte firme hasta alcanzar tu meta.

Para apoyarte en tu objetivo en momentos de ansiedad, te recomiendo también este artículo: http://blog.vime.mx/qu%C3%A9-hacer-frente-al-impulso-de-comer

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Escrito por: Rosa María Buendía

Con quince años de experiencia en psicoterapia, está interesada en aplicar el psicoanálisis para ayudar a los pacientes a conocerse mejor, a comprender sus emociones y a mejorar sus vínculos.

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Rosa Maria Buendía 30 noviembre, 2017
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