Un Hábito es una forma de rutina o disciplina que se genera en las personas dirigido a una meta y objetivo específico. Para que se establezca un hábito es necesario la realización de una actividad cumpliendo ciertos puntos: que se dé con regularidad, que dure cierto tiempo específico, una forma o método de hacerlo y una motivación.
Los hábitos alimenticios se transmiten principalmente dentro de la vida familiar.Existen diversos factores como que influyen en los hábitos y patrones de alimentación dentro de una familia; tales como la ubicación geográfica, tipo de clima, recursos del lugar, aspecto económico, tradiciones y costumbres, gustos personales. Por lo que la influencia de la familia en un individuo y en su salud es determinante. Por ello, a continuación se enlistan algunos consejos que te pueden facilitar la implementación de hábitos alimenticios saludables dentro de tu familia:
Conocer las necesidades nutricionales de cada uno de los miembros de la familia. Los requerimientos cambian de persona en persona, ya que no son los mismos para un adolescente que para un pequeño de cinco años, o una persona que vive con una enfermedad cardiovascular o alguien quien intensa actividad física
Habituar a los miembros de la familia a mantener una alimentación balanceada, a partir de los recursos con los que cuenta la familia.
Mantener hábitos claros: generar una constante en cuanto a horarios, costumbres familiares, tipo de comida. Un ejemplo podría ser dejar en claro que sólo se puede comer en la mesa, intentar crear un horario de comidas fijo en el que puedan participar todos o la mayor cantidad de miembros de la familia.
Comer sin distracciones: separar las comidas de cualquier otra actividad; como ver la televisión, jugar con la Tablet, hacer los deberes, escuchar música, trabajar.
Fomentar un ambiente cálido y relajado a la hora de comer: Temas conflictivos, decisiones a discutir y conflictos se deben de evitar a toda costa.
SI HAY NIÑOS EN LA FAMILIA
Los niños adquieren ciertos hábitos cuando existe constancia en la ejecución de cierta actividad, así que una vez adquiridos, se realizan de manera casi automática. La implementación de hábitos requiere límites claros y a la vez, que el niño viva la tarea como sencilla y agradable para cumplir. Aquí, algunos consejos:
Hacerlos participes en su alimentación: Acompañando a los adultos en las compras, colaborando en la planificación de sus comidas y permitir que ayuden en la preparación, a medida que su edad se los permita.
No valerse de la comida como recurso pedagógico: esto quiere decir no emplearlo como castigo, premio, como forma de esparcimiento o una forma de consolar.
En cuanto a las golosinas: enseñarles a disfrutar en pequeñas cantidades y saborear lentamente.
Escrito por: Griselda Camacho Rodriguez
Psicóloga con experiencia clínica. Admiradora de la naturaleza humana y todas sus creaciones. Asidua impulsora de la toma de conciencia. Con la terapia de apoyo que brinda en Vime ha logrado desgranar a profundidad la relación entre las emociones y los hábitos alimenticios.