El mindfulness o atención plena es una práctica originaria de oriente que ha tomado fuerza en occidente en los últimos años no solamente por los beneficios a la salud que ha logrado, sino también por el impacto que ha generado en la vida diaria de las personas que la practican. Estar en mindfulness es vivir en el presente, ser conscientes del aquí y el ahora. 

¿Te ha pasado que sientes que vives en automático? ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste realmente de tu postre o comida favorita? Hoy día la vida acontece de formas sumamente aceleradas pues “todo ya es de fácil acceso y a la orden de un click, no hay que esperar por nada”.

La comida justamente se ha visto envuelta por esta nueva forma de vivir el día a día: comer lo que hay, comer por ansiedad, comer procesados porque no consume demasiado tiempo. Y así, sin darnos cuenta, llega ese momento donde “toca cargar con el peso de nuestras decisiones”. 

Las problemáticas que rodean al tema del peso corporal, y obesidad en casos avanzados, implican esta aparente poca atención a lo que consumes en el día o si es que hay algún consumo alimenticio en realidad, de ahí que podemos empezar a ser conscientes de cómo nos relacionamos con la comida. Dependiendo la respuesta valdría la pena preguntarse así mismo entonces: ¿cómo me relaciono conmigo mismo?, ¿presto atención a mi cuerpo y mis emociones de manera constante?

Aquí es donde la alimentación consciente o mindful eating busca dar respuesta a la automatización y desatención sobre los hábitos alimenticios. Plantea poner en práctica ejercicios de atención plena en la experiencia del comer, tales como: atención a la textura, sabor, tamaño, tiempo de consumo y emociones presentes respecto a los alimentos. Invita a la persona a que pueda observar el cómo es que lleva su cotidianidad en cosas tan sencillas como por ejemplo el comer y que a partir de ahí pueda plantearse nuevas formas de vivir y desarrollar vías más beneficiosas para su salud mental y física. 

Alimentarse va más allá de solo el acto de comer, si miramos con atención nos puede dar pistas de cómo vivimos o si estamos viviendo siquiera nuestras vidas. Mejorar la relación con la comida es el camino a mejorar la relación con nosotros mismos.