Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos lesionado, ya sea porque nos pegamos, cargamos mal algo, o dormimos chueco, y al poco rato nos duele alguna parte del cuerpo a raíz de esto. Es un escenario muy común ¿no? Siempre lo dejamos pasar o buscamos aplicar remedios simples para ayudar a disminuir el dolor, entre estos remedios nos encontramos con el frio y el calor, pero es ahí cuando nos entra la duda; "¿qué me pongo, frío o calor?"
Los remedios caseros o consejos de nuestros abuelos nos dicen que el hielo es para las lesiones recientes, y el calor se aplica en molestias o dolores musculares que ya tiene mucho tiempo, y esto tiene algo de razón, pero aquí te voy a decir cuándo es más recomendable usar frio y cuando calor.
SI EL DOLOR ES RECIENTE, APLICA FRÍO
En las primeras 48-72 horas desde que ha aparecido el dolor, debes poner hielo en la zona donde sientas la molestia para obtener los siguientes efectos:
✔ Efecto analgésico que alivia el dolor del traumatismo.
✔ Disminuye el dolor, el espasmo muscular y la hemorragia, acelerando el proceso de recuperación de la lesión.
✔ Cierre de los vasos sanguíneos (vasoconstricción), lo que impide que llegue más sangre a esa zona disminuyendo y ralentizando el proceso inflamatorio y de propagación.
Es por esto que el frio se recomienda para tratar esguinces, torceduras, sobrecargas, golpes, luxaciones o tendinitis porque disminuye la inflamación, calma el dolor, reduce la contractura muscular y favorece la recuperación.
➜ Si vas a aplicar frio se recomienda que tengas en cuenta los siguientes puntos:
✔ No aplicarlo directamente sobre la piel. El hielo tiene un efecto anestésico que impide percibir una quemadura por frío en la piel. Cubre el hielo con una toalla y humedécela un poco.
✔ No aplicarlo más de 10 minutos cada dos horas.
✔ Es importante no sobrepasar este tiempo para evitar el “efecto rebote”. Este se da cuando la temperatura de la piel baja en exceso y el cuerpo provoca una vasodilatación para que llegue más sangre a fin de subir la temperatura de la zona y así evitar la quemadura por frío. Esto supondría el efecto contrario al deseado.
✔ No usarlo más de 3 días para no dificultar el proceso de cicatrización.
SI TE DUELE HACE DÍAS, CALOR
El calor está indicado en períodos post agudos de esguinces, torceduras, distensiones (transcurridas al menos 72 horas de la lesión), contracturas, rigidez, dolor muscular, lumbalgias, o en procesos crónicos como artritis, se recomienda que sea una temperatura de entre 34 y 36 grados para tener los siguientes efectos:
✔ Aumenta el flujo sanguíneo, mejorando el aporte de nutrientes a los tejidos afectos. Esto acelera el proceso de cicatrización.
✔ Disminuye la sensación dolorosa.
✔ Aumenta su elasticidad y plasticidad, lo que mejora la contractibilidad del músculo y disminuye la rigidez articular.
✔ Ayuda a relajar el sistema nervioso y puede ser beneficioso para el organismo, ya que el estrés es uno de los factores más importantes en algunos de los problemas que transcurren con dolor muscular.
Ya sea calor seco o húmedo se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos para su aplicación:
➜ No aplicarlo más de 15 minutos cada dos horas. Aplicar calor sobre una zona durante mucho tiempo (como por ejemplo poner durante varias horas la manta eléctrica) es dañino porque provocará un edema y una posible quemadura.
➜ Tras aplicarlo es importante realizar un estiramiento de esa musculatura para así completar el tratamiento.
➜ En caso de traumatismo, no usarlo antes de que hayan pasado de 48 a 72 horas de la lesión.
➜ No aplicar calor encima de una zona sobre la que se haya puesto cremas o sprays de efecto calor, puesto que la suma de los mismos puede provocar quemaduras severas.
CONTRASTES DE FRIO Y CALOR
Se pueden combinar los dos efectos del frío y del calor para producir un bombeo circulatorio. Como el frío contrae y el calor dilata podemos usarlos para ayudar a drenar la inflamación de una zona. La recomendación, sobre todo ante un traumatismo, es empezar con un baño de agua muy fría (incluso con hielo) durante un minuto, después hacer un baño de agua poco caliente (templada) durante medio minuto, volver al frío, volver al templado y acabar con el baño frío. Estos baños pueden ayudar en las etapas intermedias tras un golpe o torcedura. Recordar que nunca se aplica calor antes de 72 tras un traumatismo.
Ahora que ya sabes un poco más de la aplicación de ambos agentes físicos, toma en cuenta las especificaciones y efectos que con lleva cada uno. Será importante evaluar qué tipo de lesión padeces, en que etapa se encuentra y como es que puedes empezar un proceso de rehabilitación. No olvides consultar con tu fisioterapeuta para que te pueda dar las indicaciones adecuadas con respecto a ambas técnicas.
Especialista
Diana López
Fisioterapeuta
Licenciada en Fisioterapia egresada del Instituto Profesional en Terapias y Humanidades. Con diplomado en Nuevas Tendencias del Entrenamiento Funcional y certificación en Rehabilitación Pulmonar y Oxigenoterapia en COVID-19. Por su formación cuenta con amplia experiencia en pacientes deportivos, ortopédicos y con demencia, gracias a su trabajo en consulta privada en los últimos años.