Primero debemos definir dos términos que llegamos a confundir, actividad física y ejercicio. La actividad física se considera cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija un gasto de energíay el ejercicio es una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo para mejorar o mantener uno o más componentes de la aptitud física (flexibilidad, fuerza, etc ).
Los movimientos que se realizan al jugar, trabajar, transportarnos de un lugar a otro, las tareas domésticas, etc. son algunos ejemplos de actividad física. Cuando jugamos un partido de futbol, entrenamos algún deporte, corremos por cierto tiempo, estamos realizando ejercicio.
Ya que diferenciamos esos dos términos podemos analizar que tipo de actividad física o ejercicio estamos realizando. Es decir, si nuestro trabajo nos implica estar todo el día sentados, nos trasladamos siempre en coche, evitamos caminar y el fin de semana solo queremos estar todo el día acostados; nuestra actividad física es casi nula, pero si diario vamos a nuestra clase de Pilates, natación o al gimnasio, ya estamos realizando ejercicio.
Un nivel adecuado de actividad física nos ayuda a reducir el riesgo de hipertensión, diabetes, cáncer de mama y colon, depresión, mejora la salud ósea y funcional y es fundamental para nuestro equilibrio de calorías mejorando el control de peso.
La recomendación de actividad física por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 150 minutos por semana, con intervalos al menos de 10 minutos cada uno, espaciados a lo largo de la semana.
Si realizamos ejercicio con alguna actividad planeada, como ir al gimnasio, clases de natación, spinning, etc., siempre nos preguntamos ¿Qué es lo mejor para bajar de peso? Como sabemos, al exigirle al cuerpo un mayor movimiento durante la actividad, lo forzamos a que tome esa energía que necesitamos de algún lado en nuestro cuerpo y lo que buscamos es que la tome de nuestra grasa, pero eso dependerá de la intensidad y duración del ejercicio.
Una forma fácil de medir la intensidad de nuestro ejercicio y asegurarnos de estar utilizando la grasa como combustible, es la Frecuencia Cardiaca (FC), la cual es el número de veces que el corazón se contrae en un minuto y aumenta linealmente con el esfuerzo. La manera mas común para medirla es en cuello en la arteria carótida, se colocan los dedos índice y medio a lado de la manzana de Adán y se cuentan los latidos durante 1 minuto.
Ahora que ya sabemos medir nuestra frecuencia cardiaca, debemos conocer nuestra frecuencia cardiaca máxima (FCM) que podemos alcanzar en un ejercicio sin poner en riesgo la salud, para sacar la FCM debemos utilizar una fórmula que es: 220 – edad. A un 60% de la FCM estaremos utilizando como combustible principalmente grasa, por lo tanto debemos mantenernos en esta FC durante el ejercicio para que la pérdida de peso sea mas efectiva.
Otro tipo de ejercicio que debemos incluir es el de fuerza, donde estimulamos nuestra masa muscular, evitando su pérdida y en algunos casos aumentándola; esto último puede mantener o aumentar nuestro peso, pero al mismo tiempo beneficiarnos para nuestra perdida de peso ya que el músculo quema más calorías.
Si tenemos mucha actividad física en el día como utilizar las escaleras en lugar del elevador, dejar el coche mas lejos o utilizarlo lo menos posible, levantarnos cada cierto tiempo para caminar, etc.; y por la tarde vamos a realizar ejercicio, obtendremos muchos beneficios para la salud, entre ellos, una mejor pérdida de grasa corporal.
Escrito por: Leslie Bonilla
Licenciada en Nutrición con enfoque en deporte, su objetivo es brindar a las personas su conocimiento en nutrición para que lo puedan aplicar en su vida diaria y lleven un estilo de vida saludable. Considera que realizar actividad física y llevar una alimentación equilibrada es una muestra de cariño a nuestro cuerpo para mantenerlo sano y alejado de enfermedades. El papel que desempeña en el equipo multidisciplinario de VIME le permite interactuar con el paciente de una manera mas profunda para encontrar un equilibrio con la alimentación, mente y cuerpo.