El suelo pélvico es un conjunto de músculos, posicionados en la pelvis en forma de hamaca, que aportan sostén y son la estructura que permite tener una correcta evacuación y salud sexual. Si bien la debilidad del suelo pélvico es más incidente en mujeres por la disposición anatómica de los músculos, esta no es excluyente a que hombres, niños y deportistas lo padezcan. 

Estos problemas no son condicionantes de poner en riesgo la vida, pero en definitiva deterioran la calidad de esta, por ello es tan importante un correcto diagnostico e intervención. Los partos, la edad, cualquier deporte o ejercicio que suponga movimientos de impacto y esfuerzo, como saltos y levantamiento de pesos de gran tamaño pueden debilitarlo. 

Ahora, ¿cómo saber si tengo debilidad del suelo pélvico? Señales como perdida de orina ya sea durante el esfuerzo, es decir, al realizar el ejercicio o durante el reposo, es un signo de alerta. Por otro lado, un prolapso uterino, que es la sensación de tener un peso constante dentro de la vagina como si se tuviese un tampón (esto es debido al descenso de un musculo), puede ser también una de las señales que nos podrían indicar que nuestro suelo pélvico esta debilitado, aunque siempre es bueno tener la orientación de un especialista en el tema.

Esto no quiere decir que dejemos de practicar ejercicio, si no por el contrario, realizarlos con una adecuada dosificación y técnica donde no se compense. Eso sí, siempre que se realicen este tipo de actividades hay que hacer consciente el esfuerzo que implicamos en pelvis, por ejemplo, si se está trabajando brazos, permitir que la contracción se centre en esta zona, de igual forma el alternarla con otro tipo de actividades ayuda a darle un periodo de descanso. 

La realización de ejercicios de impacto que traen cierta presión a la zona, hay que trabajarlos en conjunto con actividades complementarias, como yoga, pilates, etc. Además de una adecuada respiración en los ejercicios que requieren de tirar o levantar, donde es necesario exhalar al momento de incrementar la presión en la zona pélvica. 

La prevención es una gran forma de tratarlo, lo primero es saber como esta dispuesto nuestro suelo pélvico al poder observarlo con ayuda de un espejo. Además de los ya tan conocidos ejercicios de Kegel que son utilizados para contraer los esfínteres de vagina y ano, otra herramienta son los ejercicios hipopresivos que ayudan al fortalecimiento del core, por tanto, ayudan a estabilizar el piso pélvico.