La conexión mente-músculo es una estrategia que ha dado mucho que hablar y que puede ser muy importante en el ámbito deportivo, especialmente cuando el objetivo es el aumento de la masa muscular.
Se define de manera muy sencilla: es la capacidad que tenemos para concentrarnos en un músculo concreto mientras hacemos un ejercicio de manera que podamos activarlo mejor y así podamos conseguir mejores resultados.
Si lo quieres poner en práctica, es conveniente que esto lo reserves especialmente para ejercicios de aislamiento, en los que preferiblemente no cargues con demasiado peso y el riesgo de lesión sea relativamente bajo.
Beneficios:
1. Reclutaremos más fibras musculares, por lo que potenciaremos la hipertrofia.
2. Conoceremos nuestros puntos débiles y así podremos establecer estrategias para mejorarlos y llevarlos al máximo nivel.
3. Podremos ajustar los entrenamientos a nuestras necesidades y características individuales.
Para conseguir la conexión mente-músculo necesitamos “sentir” cómo trabajan nuestros músculos mientras entrenamos.
Esto no se logra de un día para otro: debes hacer consciente esos movimientos, notar la contracción de tus músculos, “verlos” con tu mente mientras entrenas.
Se trata de una preparación psicológica que va más allá de mover peso: las personas somos mente y cuerpo y podemos hacer que ambos trabajen a la vez para lograr nuestros objetivos.
Para conseguir la conexión mente-músculo necesitamos “sentir” cómo trabajan nuestros músculos mientras entrenamos.