La vitamina D es una vitamina liposoluble, al igual que las vitaminas A, E y K. Las vitaminas liposolubles se almacenan en el tejido graso del cuerpo y en el hígado y ayudan al cuerpo a absorber el calcio, el que es un mineral para la formación normal de los huesos. Si no se consume suficiente calcio en la dieta, o el cuerpo no absorbe suficiente calcio a causa de un nivel bajo de vitamina D, la producción de hueso y los tejidos óseos pueden sufrir una deficiencia, la cual puede llevar a huesos debilitados, como la osteomalacia u osteoporosis en adultos, o raquitismo en niños.

El mejor estudio para saber el nivel sanguíneo de vitamina D es una forma conocida como 25-hidroxivitamina D (25(OH)D). Los niveles inferiores a 50 nmol/L (20 ng/ml) son demasiado bajos para los huesos o la salud en general, y los niveles por encima de 125 nmol/L (50 ng/ml) son probablemente demasiado altos. Los niveles de 75 nmol/L o superior (30 ng/ml o superior) son suficientes para la mayoría de las personas.

Las recomendaciones de vitamina D, así como otros nutrientes, se proporcionan en las Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR), para niños y adultos la ingesta recomendada es de 10 μg/día (400 UI/día), incluyendo embarazadas y lactantes, y 15 μg/día (600 UI) para adultos mayores de 70 años.

Las estadísticas sugieren que entre el 20 y el 40 por ciento de los adultos y niños en todo el mundo tienen niveles insuficientes de vitamina D1. Las deficiencias más extremas de vitamina D aumentan drásticamente el riesgo de muerte prematura, infecciones y muchas otras enfermedades. Algunas enfermedades asociadas a la deficiencia de vitamina D son: la osteoporosis, disfunción inmune2, Diabetes tipo 2, Enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad y depresión. 

Muchos pacientes preguntan:
 “¿Debería suplementarme con vitamina D?”

Esta vitamina la obtenemos principalmente del sol, pero también de ciertos alimentos y, por supuesto, de los suplementos. Pero, ¿qué hace la vitamina D o por qué es tan importante? 

Investigaciones recientes sugieren que casi todas las células de nuestro cuerpo tienen receptores para la vitamina D3. No es de extrañar que tenga amplios efectos en el organismo. La vitamina D ayuda a respaldar tu: 

➜ Sistema inmune 

➜ Función celular

➜ Regulación de la glucosa en la sangre

➜ Salud ósea

➜ Absorción y circulación del calcio.

➜ Presión arterial normal

Para muchos de nosotros, suplementarnos con vitamina D es esencial y más si estamos en un plan de cetosis, si usamos protector solar o si no nos da el sol. Es muy necesario especialmente si entramos en una de las categorías de personas que tienen más probabilidades de tener una deficiencia de vitamina D.2 Sin embargo, la única manera de saber con seguridad si tenemos deficiencia es haciéndonos un análisis de sangre.

Muchas personas pueden satisfacer sus necesidades de vitamina D únicamente con la luz del sol. Tomar entre 10 y 20 minutos diarios de sol al mediodía, con la cara, los brazos, las manos y las piernas descubiertas (y sin protector solar). Posteriormente puedes ponerte protector solar después de la exposición, ya que es super importante para cuidarte de los rayos UV. También algunas fuentes de alimentos tienen Vitamina D como el salmón, la yema de huevo y algunos lácteos fortificados. Otra forma es mediante los suplementos de vitamina D y estos pueden venir en forma de pastilla, aerosol 2, o en caso de Zelé, en gotas sublinguales. 

En la consulta se ven muchas personas con deficiencia de vitamina D y es muy común en personas que viven con obesidad, con tasas de prevalencia reportadas de hasta el 90%. Se cree que el mayor riesgo de deficiencia está relacionado con varios factores. Un contribuyente podría ser una menor exposición al sol. Además, dado que la vitamina D es soluble en grasa, las personas con mayores cantidades de grasa corporal “secuestran” vitamina D en las células grasas, lo que reduce la cantidad que circula en la sangre. Debido a esto, las personas con obesidad generalmente necesitan mayores cantidades de vitamina D para mantener niveles adecuados y/o corregir una deficiencia.

Por lo que para asegurar nuestros requerimientos de vitamina D y prevenir las deficiencias algo que podemos hacer es juntar los tres pilares, que son exposición al sol (sin olvidar el protector solar posteriormente a la exposición), los alimentos altos en vitamina D y la suplementación preguntando a tu nutriólogo cual es la dosis ideal de esta vitamina tan importante.