¿Alguna vez te has preguntado por qué tu nutrióloga te dice que es importante que identifiques la señal de saciedad durante tu alimentación? Es fundamental saber que “la sensación” que nos impulsa a comer es el apetito y la que nos dice cuando parar es la saciedad.

Pero, ¿cómo comienza la sensación de hambre y saciedad en nuestro cuerpo? Ambas inician en el cerebro, específicamente en el hipotálamo donde las hormonas interactúan produciendo estas sensaciones. 

Desde el primer momento que percibimos o ingerimos alimentos, comienza una serie de señales sensitivas como el olor, sabor, textura, etc. Todas estas señales se transmiten al Sistema Nervioso Central y provocan que demos  inicio a  la alimentación. Finalmente, cuando ya ingerimos cierta cantidad de alimentos, alcanzamos la saciedad y naturalmente rechazamos la ingestión de una mayor cantidad. 

Para comprender mejor esto, hablemos de lo que pasa a nivel hormonal en nuestro cuerpo. Existe una hormona llamada leptina, la hormona de la saciedad, la cual se sintetiza principalmente en el tejido graso del cuerpo y su lugar de acción principal es el hipotálamo. Ésta es la encargada de inhibir la ingesta de alimentos, y junto con la grelina, que es la hormona del hambre, ayudan a regular estos aspectos de saciedad. Cualquier cambio en su equilibrio repercute negativamente en la capacidad que tiene el cuerpo por cubrir las demandas y el almacenamiento de energía, trayendo como consecuencia enfermedades como la obesidad. En varios trastornos de la alimentación como sobrepeso, obesidad, bulimia, atracones, etc, el hambre, el apetito y la saciedad no funcionan correctamente o ya no funcionan por completo.

Existe una tendencia a comer siempre de manera apresurada por lo que terminamos de comer mucho antes de que llegue la sensación de saciedad a nuestro cerebro. Otro factor que desencadena que no haya sensación de saciedad, son las emociones. En muchas ocasiones el hambre se confunde con sentimientos como la ansiedad, el enojo, la tristeza y el aburrimiento. Es importante entender los motivos por los cuales estamos pensando en alimentar nuestro cuerpo y estar 100% concentrados al momento de hacerlo para así poner atención a la señal de saciedad.

Una de las recomendaciones es evitar el uso del celular, ver la televisión o conversar mientras comemos. Esto ayudará a no distraernos en el proceso y estaremos más concentrados a la hora de alimentarnos, permitiendo así alcanzar a percibir la sensación de saciedad. También es importante la masticación, ya que al hacerlo enviamos señales a nuestro cerebro que ayudan a autorregular nuestra sensación de hambre. Al comer más despacio, le damos a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro el tiempo suficiente para generar las señales de saciedad.

También se debe tomar en cuenta que tener un aporte proteico adecuado diariamente es esencial para llegar a la sensación de saciedad durante nuestro día y no caer en los excesos de esa manera.

Existen alimentos que sacian rápidamente. Estos contienen mucha agua, ocupan mucho volumen en el estómago y a su vez aportan pocas calorías como:

● Verduras 

● Caldos

● Fruta

Un factor importante es mantener variedad en nuestra alimentación para poder conseguir una mejor regulación de la saciedad al momento y durante horas. Esto evitará que estemos picando a lo largo del día y consumamos más calorías de las que nuestro cuerpo requiere para realizar nuestras actividades diarias.