Se le llaman edulcorantes artificiales a toda aquella sustancia artificial encargada de dar dulzura a bebidas y alimentos. En la industria alimenticia se implementan estas sustancias para reducir las calorías a sus productos, sin embargo, no los quitan por completo y de ahí deriva el nombre “producto bajo en calorías” o “sin calorías “

¿Qué pasa en el cuerpo cuando consumimos este tipo de productos?

El cuerpo no tiene contadores de calorías en la boca, es decir, al momento de que se consume un alimento de sabor dulce, el cerebro no tiene la capacidad de distinguir si es azúcar convencional o es sustituto de azúcar. Por lo anterior, se activan mecanismos encargados de preparar al cuerpo para recibir calorías dulces y que permiten una correcta absorción y uso de estas. 

Sin embargo, es una cadena de mecanismos que se activan sin éxito ya que no hay calorías que aprovechar. 

El consumo frecuente de estas bebidas y alimentos hace que la capacidad de detectar el dulzor decrezca, es decir, se acostumbra a este sabor. Lo que provoca que a la larga lo dulce ya no se sienta tan dulce en la boca y de la mano decrece la sensación de saciedad lo que lleva a un aumento en consumo de alimentos dulces y calóricamente alto. 

Cuando la señal de dulzor ya no está del todo bien no se logra anticipar un aumento de energía ante otros alimentos de sabor dulce y calóricamente altos. La respuesta de quema calórica se activa con mucha menos intensidad y es más lenta la señal de saciedad, es decir, comemos más por mayor tiempo. Lo que lleva a un aumento de peso a pesar de la restricción calórica 

La única bebida que es libre en su totalidad de calorías es el agua natural, por lo que se debe dar la prioridad ya que es indispensable para funciones metabólicos y vitales del cuerpo. Se debe evitar a toda costa el uso de bebidas endulzadas con azúcar convencional por el excedente calórico y bebidas endulzadas con edulcorantes artificiales por lo mencionado anteriormente.

Especialista

Fernanda Ambriz

Nutrióloga

Nutrióloga clínica que educa y orienta hacia una dieta correcta. Cree que la alimentación previene enfermedades crónico degenerativas. Está segura de que no es imposible la pérdida de peso para ningún paciente, pues lo importante es la determinación invertida en el tratamiento