Seguramente has ido al super y te encuentras con productos que dicen “menos de 90 calorías” y te parece una buena idea porque consideras que no tiene muchas calorías, sin embargo, es importante saber de qué están conformadas esas calorías. Porque puede ser que esas 90 calorías sean principalmente de azúcares, entonces sería un alimento que no te aporta los nutrimentos que realmente necesitas. Tenemos que tomar en cuenta la densidad nutricional de los alimentos, es decir, la cantidad de nutrientes que nos aporta un alimento en comparación con sus calorías. Por ejemplo, dos manzanas nos aportan en promedio 110 calorías, pero esas calorías están formadas por carbohidratos, fibra, vitaminas, minerales y agua; por lo que es un alimento más completo y que nos favorece. Si lo comparamos con un pastelillo que tiene 90 calorías pero que nos aporta principalmente azúcares y grasas saturadas, a pesar de tener menos calorías, nutrimentalmente no es lo más adecuado. Por otro lado, tenemos otro concepto llamado densidad energética, que se refiere a las calorías que contiene un volumen dado de un alimento. Pongamos el mismo ejemplo del pastelillo de 90 calorías, que pesa 50g. Una forma de saber si es densamente energético es fijándonos en el tamaño del alimento y si las calorías son más de los gramos, entonces es energéticamente denso. En conclusión, ese pastelillo nos aporta muchas calorías por una porción pequeña y que provienen de azúcares y grasas.

Ahora ya sabes que hay que fijarnos en los componentes nutrimentales y no solo en las calorías, y no dejarnos llevar por la mercadotecnia. Compara y elige.

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