Menopausia y alimentación
11 enero, 2024 por
L.N. Yoryet Herrera
La vida consiste en atravesar etapas naturales e inevitables. Llegar a la menopausia no es un signo de enfermedad ni de vejez. Es simplemente un cambio biológico; una modificación hormonal al que toda mujer se podrá adaptar sin dificultades siempre y cuando esté bien informada y preparada. La menopausia es el momento en que la mujer tiene su último período menstrual y puede ocurrir entre los 40 y 58 años. 

Durante la transición a la menopausia (llamada perimenopausia, tiene una duración promedio de cuatro años), los ovarios comienzan a producir menos estrógenos y aumentan los ciclos menstruales irregulares.  Algunos síntomas que nos ayudan a identificar la etapa previa a la menopausia son:

Sangrados menstruales irregulares.
Goteo previo o posterior a la menstruación.
Trastornos del sueño.
Cambios en el estado de ánimo. 
Bochornos.
Dolor de senos. 
Dolor de cabeza. 
Estreñimiento. 

La transición a la menopausia termina cuando existen seis menstruaciones ausentes o con un periodo mayor a un año de ausencia de sangrados. Entre los síntomas frecuentes podemos hallar también bochornos, sudoración nocturna, palpitaciones, dolor de cabeza, dificultad para dormir, irritabilidad, estados de ánimo variables y osteoporosis, entre otros. 


Ganancia de peso en la menopausia

Algunos estudios han relacionado el incremento de peso durante la menopausia con cambios en el comportamiento alimentario junto con la preferencia y mayor ingesta de ciertos alimentos como pan, pan dulce y chocolates, entre otros.

Lo anterior, sumado a una reducción de la actividad física, provoca una pérdida de la masa muscular que a su vez lleva a la disminución de la efectividad del metabolismo dando como resultado esos kilitos de más.

Estudios observacionales encontraron que durante la menopausia las mujeres ganaron en promedio dos kilos, además de que la resistencia a la insulina aumenta con la edad y por ello el cuidado de la ingesta de carbohidratos es recomendable. 

Algo importante que resaltar es que los bochornos asociados a la disminución de estrógeno lo sufren de manera más intensa aquellas mujeres con Indice de Masa Corporal alto (>27 Kg/m2), por esto se resalta la importancia de cuidar el aspecto nutricional


Recomendaciones nutricionales

Las isoflavonas (fitoestrógenos) han sido consideradas como una alternativa de tratamiento debido a su actividad estrogénica, por lo que tu nutrióloga puede integrar esta suplementación para aminorar los síntomas. 

Las mujeres con menopausia tienen menos probabilidades de absorber vitamina B12 (carnes rojas, huevo, leche y pescado) por lo que puede ser necesario suplementar con ello si tu nutrióloga así lo ve conveniente. 

Otra alternativa es reducir el aumento de peso mediante una restricción calórica, como con la cetosis, por ejemplo, aunado a una disminución y elección correcta de carbohidratos y una ingesta adecuada de suplementación es una opción magnífica.  Ya que la cetosis nos ayudará a la regulación de la glucosa y niveles de insulina, disminución de grasa de manera acelerada, más energía, desinflamación y retención de líquidos, reducción de tallas, etcétera. 


Ponte atenta a las señales de tu cuerpo y prepárate de la mejor manera

Es de vital importancia entender que la menopausia en sí misma no es sinónimo de enfermedad o envejecimiento, es un cambio trascendental en nuestra vida donde es necesario un diagnóstico y tratamiento específico para cada una de sus manifestaciones y que debe ser realizado por un médico especialista.

“Cuida tu cuerpo. No vayas por el mundo como si tuvieras un cuerpo de repuesto.” 
Jane Fonda
L.N. Yoryet Herrera 11 enero, 2024
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