El café
10 mayo, 2024 por
L.N. Edgar Zaragoza
El café es de los cultivos más recientes de los cuales se tiene registro, teniendo sus primeras referencias en el siglo VI. Durante mucho tiempo muchas autoridades médicas y religiosas buscaron vetarlo debido a que por sus efectos creían que tenía relación con el ocultismo. También lo culpaban de levantamientos políticos, así como de ser una competencia del vino y la cerveza. Estas prohibiciones no duraron demasiado. El café, poco a poco desde su llegada de Medio Oriente, empezó a reunir a la gente y aunque en un principio no estaba tan aceptado, fue ganando un lugar en los lugares concurridos de la época.

Al fruto del café se le conoce como cereza, cubierto de una cascarilla fina llamada pergamino. La composición química del café y de la bebida derivada es muy extensa, pero varía en cuestión de la especie. De las 100 especies de café que existen, sólo dos tienen importancia económica: Coffea Arabica y Coffea canephora (robusta). La especie arábica tiene una mayor cantidad de lípidos y sacarosa, mientras que la canephora tiene mayor cantidad de cafeína y polisacáridos (almidones).

El sabor amargoso proviene de los alcaloides, como la cafeína. Los alcaloides son derivados del metabolismo mismo de la planta. La cafeína fue descubierta en 1821 por Pelletier y Robiquet, químicos y farmacéuticos. Ya sea por ebullición y decantación (café turco), ebullición y filtración (papel filtro), o por presión (expreso), el café es rico es micro y macro nutrientes, de los cuales han sido sujeto de estudio. Hay muchos efectos (como buenos, como malos) a la salud adjudicados al café, pero sobre todo a la cafeína. 

La cafeína no se ve acumulada en el organismo, sino que es eliminada por la orina en un lapso de diez horas. Por sí misma la cafeína eleva la producción de orina, por lo cual es un diurético moderado. Muchas veces el líquido de la bebida en sí ayuda a mantener un equilibrio hídrico. 

Otra de las propiedades del café es que al parecer puede tener un efecto del tipo laxante. Verás, el intestino tiene un movimiento natural no consciente que se da para que la materia fecal pueda ser expulsada. Se ha encontrado que el café estimula estos movimientos. Aún así, es importante cuidar el consumo del agua para una buena salud intestinal.

También se ha observado cierta protección a consumidores habituales ante la diabetes tipo 2 de manera preventiva. No obstante, en pacientes ya con diabetes no se ha visto en realidad algún beneficio con la sensibilidad a la insulina. Más estudios son requeridos, pero es un campo de estudio prometedor.

A pesar de que el café es un estimulante, durante mucho tiempo se pensó que tenía efectos adversos para la salud cardiovascular, e incluso que podría elevar riesgos a ICTUS (accidentes cerebrovasculares). En reciente evidencia, se ha encontrado que al contrario, que el consumo regular (de 2 a 3 tazas por día) podría resultar beneficioso en este sentido. Acorde al Instituto Nacional de Salud, el café ha mostrado reducir el riesgo por muerte por enfermedad cardiovascular, respiratoria, ICTUS, etcétera, en un 14%.

A pesar de que el café, más en específico la cafeína, aumenta ligeramente la frecuencia cardiaca, si un paciente hipertenso está bien controlado, no hay razón por la cual no pueda consumir café. Igualmente, se ha visto el poder antioxidante del café por los mismos compuestos (cafeína), sino también como resultado del tostado y elaboración de la bebida. Se ha visto que puede ser una importante fuente de antioxidantes en bebida.

Además de lo mencionado el café, ha demostrado tener una protección hepática. Esto se vio tanto por una posible hepatitis alcohólica, inflamación metabólica u obesidad. Dependiendo del tipo de café, una taza puede tener entre dos a cinco calorías, sin contar los extras que se le puedan añadir (como la leche de vaca, de soya, almendra, etcétera, así como azúcares y jarabes).  Este tipo de extras, añaden precisamente, extras a tu café. Un poco de sustituto de azúcar o un chorrito de algún tipo de leche no añaden mucho. Pero justamente por eso es necesario guiarte con tu nutrióloga, para que te diga “qué tanto es tantito”

En términos generales, el café es una buena bebida para la vida adulta por su efecto estimulante y ayuda a iniciar el día con energía, pero también es una buena ayuda cuando se quiere perder peso al no añadir calorías extras a tu día. Es también fácil contabilizarlo en tu plan de alimentación, es por ello que añadirlo en tu periodo de cetosis no conlleva mayor problema, siempre y cuando se sigan los lineamientos para que puedas disfrutar de tu café sin poner en riesgo la evolución.

Cabe recordar que por sí mismo el café no te ayuda a bajar de peso ni va a acelerar tu metabolismo. Los cambios en tu día a día son los que te ayudan a lograr tu meta. En VIME trabajamos por y para tu salud, no dudes en acercarte a tu equipo ante cualquier duda.
L.N. Edgar Zaragoza 10 mayo, 2024
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