¿De qué depende que un alimento me guste?
2 junio, 2022 por
L.N. Norma Esquivel
¿Te has preguntado alguna vez porque hay personas que casi no les gusta las comidas y hasta incluso has escuchado qué les dicen que son picky? Ello puede estar relacionado con un trastorno del gusto u olfativo o bien una hipersensibilidad sensorial, pues el que nos guste o desagrade un alimento depende, principalmente, del sentido del gusto, olfato y el tacto. 

El comer implica una serie de estímulos nerviosos muy amplio. Por un lado, el ver y apreciar el alimento estimula nuestra vista y cuando te acercas un poquito más, las terminales olfativas de nuestra nariz entran en acción. Incluso cuando tenemos hambre éstas se sensibilizan, es decir, están más alerta y detectan en mayor grado los olores. Después, al ingerir el alimento entran en juego todas nuestras papilas gustativas (las papilas gustativas son receptores que detectan los sabores y se encuentran esparcidas en toda la lengua y también son capaces de detectar la temperatura) al mismo tiempo el tacto entra en función detectando las texturas de los alimentos (¡sí! como el crujir de las papas, lo suave del mousse… y más). 

Es por ello que una alteración en cómo percibimos los alimentos puede causarnos rechazo determinados alimentos. Dichas alteraciones se pueden experimentar como hipersensibilidades sensoriales o trastornos del gusto u olfato

Las hipersensibilidades sensoriales implican experimentar estímulos de una manera muy intensa y generalmente están asociadas a trastornos del neurodesarrollo como el autismo. Las que suelen estar implicadas en el rechazo de alimentos son:

Hipersensibilidad olfativa
Hipersensibilidad gustativa
Hipersensibilidad táctil

Por su parte, los trastornos del gusto u olfato implican perdida de los mismos o percepciones sabores u olores que no están presentes, ellos pueden estar ocasionados por la edad, infecciones respiratorias y del oído medio, radioterapias, exposición química (insecticidas, antibióticos y antihistamínicos), lesiones en la cabeza, mala higiene bucal e incluso algunas cirugías (oído, nariz, garganta y extracción del tercer molar). Los principales trastornos del gusto son:

Percepción fantasma del gusto
Hipogeuusia
Ageusia
Disgeusia
Síndrome de la boca ardiente

Por eso es importante que cuando te desagrade un alimento puedas identificar que no te gusta de ello: si es el cómo huele, si es el sabor al ingerirlo o el sabor que te deja después de comerlo, la textura o el cómo se ve. Al identificarlo podrás aprender a jugar con las texturas, sabores y olores para aprovechar los beneficios de dicho alimento, solo recuerda que esto se trata más de un autoconocimiento y aprovechamiento de los nutrientes, no es una obligación mientras esto no afecte tu salud.

Ya que muchas veces desde la infancia el rechazo de ciertos alimentos se presenta por una hipersensibilidad sensorial, lo que hace que se rechacen los alimentos por las texturas y el niño puede quedarse con el rechazo a alimentos, y con ello, generar etiquetas como que es “caprichoso” que solo dañan más la relación con alimentos que son importantes para su desarrollo. 



Especialista

Norma Esquivel

Nutrióloga

Licenciada en Nutrición con especialidad en Nutrición Clínica en pacientes con trastornos mentales, certificada en dieta cetogénica y con talleres y cursos en coaching nutricional y dieta flexible, psicología del paciente con obesidad, intervención en trastornos de la conducta alimentaria y didáctica aplicada. Cuenta con un gran compromiso por cada persona a la que le brinda su apoyo y conocimiento, pues la enseñanza es una de sus grandes pasiones


L.N. Norma Esquivel 2 junio, 2022
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