Ejercicio y osteomalacia
23 junio, 2022 por
L.F. Andrés García
Durante los últimos años diversos artículos relacionados a la osteomalacia, nos hablan de las posibles complicaciones que pudiesen vivir las personas con este padecimiento y el cómo se podría ver limitado el paciente para realizar ejercicio y actividad física.

Antes que nada, debemos entender qué es la osteomalacia. Podemos definir la osteomalacia diciendo que es una condición en la cual la masa calcificada del hueso está disminuida debido a que las sales de calcio no se depositan en cantidad suficiente sobre la matriz ósea.

Hablamos de que el hueso está compuesto de una matriz ósea sobre la cual se deposita calcio y fósforo. La matriz ósea, a su vez está formada por una proteína (colágeno) y por carbohidratos. La formación de hueso es el resultado de la precipitación sobre la matriz ósea de una forma especial de fosfato cálcico, la llamada hidroxiapatita.

La enfermedad ósea que de ello resulta se denomina raquitismo si se presenta en los niños y osteomalacia si ocurre en los adultos. Se presenta a menudo debido a una falta de vitamina D, la cual esta ayuda al cuerpo a absorber el calcio. El cuerpo necesita el calcio para mantener la fuerza y dureza de los huesos. Ya que entendemos un poco la fisiopatología, podemos concluir que la osteomalacia es una alteración de la densidad mineral ósea que puede causar riesgos como fracturas y demás lesiones.  

Nos da miedo y en muchas ocasiones desconocemos qué actividades podemos realizar y que otras no, pero en realidad se escucha que ya no podremos realizar ejercicio con este tipo de padecimientos, lo cual es erróneo. Al contrario, para mejorar nuestra salud debemos realizar actividad física constante y específica para disminuir el riesgo de caídas y fracturas por fragilidad. La estimulación de los huesos con el ejercicio contribuye a aumentar la densidad ósea. 

El ejercicio en pacientes con osteomalacia debe ser prescrito por un especialista en el área con el fin de garantizar una mejora y reducir al máximo el riesgo al llevar a cabo tu ejercicio.


¿Qué beneficios vamos a tener con el ejercicio?

  Reducir el riesgo de fracturas y caídas.
Aumentar la fuerza muscular. 
Mejorar nuestro equilibrio estático y dinámico. 
Mejorar nuestra postura.
Tendremos nuestros huesos más sanos y fuertes. 
Disminuir el dolor que podamos presentar. 

Si tienes un diagnóstico de osteomalacia previo o tus huesos no están tan sanos como antes, el primer paso es comenzar con un programa de ejercicio, esto ya teniendo en cuenta que estás viendo a tu médico y nutriólogo de confianza para llevar una buena alimentación y suplementación para tratar la enfermedad desde un punto nutricional. La prescripción del ejercicio debe ser clínico para población que padezca este tipo de enfermedades, evaluar el estado físico actual y estructurar un programa de ejercicio que sea personalizado ya sea con ejercicio funcional, ejercicios de fuerza, cardio, ejercicio terapéutico, etc. 

Es importante recordar que las sesiones de entrenamiento y dosificación de ejercicio deben ser supervisadas por un especialista del área y experto en la prescripción de ejercicio para poblaciones especiales, ya que, de lo contrario, corremos el riesgo de lesionarnos. Consulta con tu fisioterapeuta más información sobre este tema.


Especialista

Andrés García

Fisioterapeuta

Licenciado en fisioterapia y entrenador personal. Ha practicado deporte toda su vida, en especial karate, artes marciales mixtas, krav maga y fung fu. Comprende la fuerte lucha por perder el exceso de peso. Su pasión es el ejercicio, el movimiento y demostrar a sus pacientes que siempre hay un tipo de deporte o actividad para cada uno. Cree que los límites los pone uno mismo

L.F. Andrés García 23 junio, 2022
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